Chikatilo o el ‘El destripador rojo’, es el mayor asesino en serie de la historia de la Unión Soviética. Nacido en octubre de 1936, fue conocido por cometer asaltos sexuales, asesinatos y mutilaciones a mujeres y niños entre 1978 y 1990. El asesino confesó al menos 56 de los homicidios y en abril de 1992 fue juzgado por 53 de ellos. Tras ser condenado y sentenciado por 52 muertes, fue ejecutado en 1994.
Andréi en su infancia era introvertido, inseguro y acomplejado por su miopía. Tenía una especial timidez con las mujeres, algo que le pasó factura en una relación adolescente, la cual se rompió por su impotencia sexual. Años después, tras graduarse como maestro comenzó a sentirse atraído por los menores de 12 años y se colaba en los dormitorios de las residencias de estudiantes para masturbarse mientras observaba a los niños. A pesar de la disfuncionalidad sexual que le impedía mantener una erección logró dejar embarazada a su mujer y ser padre de dos hijos. Su trayectoria como criminal comenzaría con el secuestro de una niña de nueve años en 1978 a la que convenció para ir a una cabaña a las afueras de la ciudad. Al llegar e intentar desvestirla le hizo un arañazo y el ver brotar la sangre le causó una erección. Ahí comenzaría todo. A partir de ese momento todos sus asesinatos estuvieron marcados por la búsqueda del orgasmo a través de las puñaladas, mutilaciones, mordiscos y gritos de terror. Llevó a cabo el canibalismo y en muchas ocasiones aullaba de placer al arrancar los ojos o pezones de sus víctimas. Era experto en extirpar los úteros de las niñas y los testículos de los niños que se guardaba a modo de trofeo tras eyacular sobre sus cadáveres.