«En veces me quedo atrapada pensando en la parte temprana de nuestra relación y cuanto lo amaba. Y luego, en otras veces, tendría que realmente, en mi mente, visualizar lo que él habia hecho para que pudiera aceptarlo. Es tan horrible, y es tan triste lo que hizo, y realmente entender que fue realmente devastador mentalmente.» – Elizabeth Kendall, ex novia de Ted Bundy.
Cuando Elizabeth Kloepfer conoció a Theodore Bundy, en octubre de 1969, estaba pasando por una difícil situación personal. Acababa de divorciarse de su esposo, criaba sola a una hija de dos años y recién se había mudado de Utah a Seattle, para comenzar de ceros.
Él la sacó a bailar en un bar y la deslumbró desde el primer momento. No sólo porque era mono, alto y atractivo, sino por su personalidad: “era guapo, divertido, inteligente y muy seguro de sí mismo. Me enamoré desde el primer momento”, recuerda.
A los ojos de ella, una mujer de 24 años, tímida, ingenua e insegura, Bundy era el hombre indicado. Así que luego de un tiempo, aceptó que vivieran juntos, con su pequeña hija Molly. Pero mientras su vida en pareja parecía idílica y él posaba de hombre perfecto, e incluso madrugaba todos los días para hacerles el desayuno, en sus tiempos libres se dedicaba a raptar, torturar y asesinar a mujeres jóvenes inocentes.
Durante los seis años que estuvieron juntos, de hecho, mató a unas 30, practicó la necrofilia y escondió algunos cráneos como trofeos.
Hoy, cuando Ted Bundy es considerado uno de los mayores asesinos en serie del mundo, y su historia ha vuelto al primer plano gracias a varias películas, Elizabeth -de 75 años- y Molly decidieron dar su versión en Ted Bundy: Enamorada de un asesino, una serie documental de cinco capítulos disponible en Amazon Prime.
Aunque la mujer ya había escrito un libro contando su experiencia, en ese entonces usó un seudónimo (se cambió el apellido por Kendall), por lo que esta es la primera vez que ambas cuentan cómo fue su vida al lado de un asesino con detalles y ante una cámara de televisión.