Como cualquier gran criminal que se precie, tuvo un pasado capaz de conmover al impasible verdugo inglés Pierrepoint. Padeció meningitis y las fiebres le causaron daño cerebral, lo que le dejó una secuela de graves y pesadas pesadillas. Afirmaba que durante el sueño era atacado por mujeres endemoniadas y que solo matándolas obtenía alivio.
Su ex esposa afirma que siempre tenía el sueño agitado. Lo peor de todo es que después de hacer el amor desaparecía durante cinco horas, siempre los periodos precisos de tiempo.
Coral buscaba víctimas con ojos de endemoniadas. Las descubría al volante de su automóvil y las seguía hasta donde fuera posible atacarlas.
Pese a su brutalidad y su instinto de cazador no quiso confesar todos sus crímenes, quizá más de un centenar, para no figurar en la posteridad como uno de los mayores asesinos múltiples.
El Apuñalador no ha podido cumplir este deseo.
Algunos detalles :
Ha muerto el 21 de septiembre de 2007 en una cárcel de Míchigan, EE. UU., con la próstata como una patata, Coral Eugene Watts, uno de los asesinos en serie más sanguinarios de todos los tiempos.
A Coral Eugene le cabe el dudoso honor de ser uno de los pocos asesinos en serie negro. A sus víctimas no las atacaba sexualmente, aunque posiblemente era un feroz delincuente sexual que merece figurar por derecho propio en la Psychopathia Sexualis de Krafft Ebing.
El primer asesinato que se le atribuye a Coral Eugene es el de Gloria Steele, cuyo cadáver fue encontrado con treinta y tres cuchilladas junto a los terrenos de la Universidad de Míchigan.