Este vendedor ambulante de artesanías es un asesino en serie brasileño, de 39 años, que se las arreglaba para conquistar mujeres atractivas a las que después mataba «por orden de entidades del más allá y del demonio», según sus declaraciones. Según el delegado general de la policía del estado de Marañón, Nordman Riveiro «Se trata de un enfermo mental, un loco que llegaba a beber la sangre de sus víctimas».
Tras ser capturado el 29 de marzo de 2005, Matías confesó la muerte de la rusa nacionalizada israelí Katrya Ratikov, desaparecida desde 2004 en el estado de Goias y el asesinato de las brasileñas Natalia Carneiro, de 15 años; Simone Lima Pinho, de 26, y Lidiane Vieira de Melo, de 16.
Matías, que vivía en San Luis, mató allí a sus dos últimas víctimas: el 11 de marzo a la alemana Marie Anne Kern, de 49 años, y el 18 de marzo, a la española Nuria Fernández, y ambas mujeres fueron violadas, golpeadas con piedras y palos en la cabeza y después semi enterradas en la arena en dos playas distantes en Marañón.
Matías, que aseguró pretendía ejecutar a una séptima víctima, «una mujer blanca, rubia y joven”, no mostró ninguna señal de arrepentimiento y fue sometido a estudios psiquiátricos para elaborar su perfil de personalidad y establecer los móviles de los crímenes. En sus declaraciones, Matías dijo que varias de las mujeres se habían burlado de él y que por eso las mató. Según la policía, Matías es impotente y se volvía violento cuando fracasaba en la cama.
Artesano brasileño confiesa asesinatos en serie
Mayo 2005
Aunque los asesinos en serie son algo inusual en Brasil, curiosamente los dos últimos que han salido a la luz, en un corto espacio de tiempo, le han tocado a las policías de San Luis (Maranhao) y Pará. Tres meses después de que Rodrigues de Brito se convirtiera en el mayor asesino en serie de Brasil con su confesión en San Luis, detuvieron a un nuevo supuesto asesino en serie que, aunque ha matado mucho menos, se ha hecho más famoso internacionalmente porque entre sus víctimas había turistas. A José Vicente Matías, un artesano de 38 años, de Firminopolis (Goiás), al que llaman «Corumbá» o «Magrao», le detuvieron el 29 de marzo en Bragança (Pará), en una operación en la que también colaboró la policía de San Luis.
Corumbá confesó haber matado a seis mujeres entre 1999 y 2005 porque, según su versión, el diablo le susurraba en el oído que debía matar a siete mujeres. También dijo que había matado a turistas porque era xenófobo, debido a que los extranjeros iban a su país para burlarse de los brasileños. Le habían detenido en otra ocasión por agresión sexual y tenía una orden de prisión en su estado natal por estupro y atentado violento contra el pudor.
Corumbá empezó con las adolescentes locales, hasta que se le dio por las hippies extranjeras. Por lo general, encandilaba a las chicas, con las que solía mantener relaciones sexuales antes de matarlas. En principio dijo que mató a una mujer alemana y a una turista española porque se negaron a mantener relaciones sexuales. Con posterioridad, añadió que estas dos mujeres se habían reído de él y le habían rechazado después de que él intentara mantener relaciones sexuales, sin conseguirlo debido a sus problemas de impotencia. Con esta aclaración Corumbá se convierte en un presunto violador asesino impotente más en la larga lista de delincuentes sexuales que sufren esta disfunción.
Víctimas según la confesión de Corumbá
Natalia Canhas Carneiro, de 16 años, falleció en Tres Marias (MG) en septiembre de 1999. El presunto asesino dijo que tras seducir a la adolescente la mató a pedradas. Su cadáver apareció un mes después escondido entre la vegetación.
Simone Pinho, artesana de 25 años. La mató en junio de 2000 en Lençóis (Bahia), con el mismo sistema. El cadáver todavía no ha aparecido. Su madre creó la ONG de ámbito nacional «Simone Pinho» que se encarga de buscar a desaparecidos y ayudar a sus familiares y que tiene un programa de televisión. Corumbá dijo que la chica tenía un papagayo y que se lo comió tras asesinarla. En realidad, Simone tenía un periquito pero el dato parece confirmar que la artesana fue una de sus víctimas. (Los restos del pájaro aparecieron dentro de una bolsa de Simone en un río). En su caso, dijo que la mató porque le quitaba clientela.
Lidiayne Vieira de Melo, de 16 años, murió apuñalada en Goiania en enero de 2004. Corumbá dijo que la tuvo dos días secuestrada antes de matarla y cortarle la cabeza. Lidiayne conoció al detenido un mes antes de su muerte porque se quería hacer dos tatuajes, según una amiga de la víctima.
Katria Ratikov, de 29 años, desapareció en diciembre de 2004 en Pirinópolis. Era una turista rusa, nacionalizada israelí. A veces dice que la chica era una alcohólica, que se dio un golpe en la cabeza cuando paseaban por el campo, y otras, que la mató a pedradas.
Marianne Kern, de 39 años. Era una alemana que llevaba más de diez años viviendo en Brasil. Su cadáver apareció semienterrado en Barreirinhas (Maranhao) en marzo de 2005.
Nuria Fernández Collada, turista española de 27 años. La mató en Alcantara (Maranhao) en marzo de 2005. Un barquero les llevó a una playa inaccesible. Cuando les fue a recoger la chica había desaparecido y el marinero avisó a la policía, que ya estaba sobre su pista por la muerte de la alemana.
Se estudia la posible relación de Corumbá con otras desapariciones.
El asesino de una turista española en Brasil dice que cometió el crimen porque se sintió ‘rechazado’
Miércoles, 30 de marzo de 2005
El presunto autor del asesinato de la española Nuria Fernández Collada y de al menos otra turista en Brasil ha sido arrestado en el estado amazónico de Pará y ha reconocido que mató a las mujeres porque, dice, le rechazaron.
Se trata de José Vicente Matías, un vendedor ambulante de artesanías, quien dijo que asesinó a ambas mujeres porque le rechazaron, según la confesión no oficial que prestó ante al comisario Paulo Marcio Tavares da Silva, responsable del arresto.
El artesano, de 39 años y conocido como «Corumbá», fue localizado gracias a una denuncia anónima en una posada de Braganza, una pequeña ciudad amazónica en el interior de Pará y en donde se había ocultado tras huir del vecino estado de Marañón.
Asesino en serie
Matías ha sido acusado de haber asesinado a la española Nuria Fernández Collada, de 27 años y natural de Valencia, y a la alemana Marie Anne Kern, de 49 años y que vivía en Brasil desde hacía una década.
Además se investiga su eventual responsabilidad en la posible muerte de la rusa naturalizada israelí Katryb Ratikov, de 29 años y desaparecida el año pasado en el estado de Goiás.
«Corumbá» se fugó en 1998 de una cárcel de Goiás, en donde cumplía una condena por violación y «atentado violento al pudor».
La playa, escenario de los asesinatos
El cuerpo de la española fue hallado desnudo y semi enterrado en la arena en una playa cercana a Alcántara, ciudad en el litoral del estado de Marañón.
Diez días antes, en otra playa de Marañón, en circunstancias semejantes y también con muestras de haber sido golpeada con un objeto contundente en la cabeza, fue encontrado el cuerpo de la alemana.
En su declaración no oficial a la policía, Matías dijo que tuvo relaciones sexuales con las dos víctimas antes de matarlas, aunque no aclaró si ellas consintieron o fueron forzadas, y añadió que estaba bajo los efectos de drogas alucinógenas cuando cometió los crímenes.
Según las declaraciones del comisario que lo capturó, el detenido aseguró que mató a las extranjeras con pedazos de palo que encontró en las playas a donde las llevó con el argumento de que les mostraría bellos lugares del país.
Se conocieron en una posada para mochileros
«Corumbá», de acuerdo con el relato policial, dijo que conoció a la española en una posada para mochileros en San Luis, la capital de Marañón, y que ese mismo día programaron el viaje para Alcántara.
Varios testigos dijeron haber visto a la pareja el domingo 20 de marzo viajando en un bote en dirección a la playa de Itatinga, cerca de Alcántara y de la que «Corumbá» regresó solo.
Como el acusado adquirió el pasaje de autobús hacia la ciudad de Belén, capital del estado de Pará, antes de viajar con la española a Alcántara, la policía sospecha que el crimen fue premeditado.
El presunto homicida fue identificado tras la localización de una brasileña que tuvo una relación con él y que, como estaba en paradero desconocido, se temía que también hubiese sido asesinada.
La brasileña Valeria Augusto Veloso fue localizada el martes en Goiania, capital del estado de Goiás, y reconoció que tuvo una relación sentimental con «Corumbá», a quien conoció hace cuatro años y acompañó en viajes por varios lugares.
Alegó, sin embargo, que hace pocas semanas, cuando su compañero comenzó a mostrar un comportamiento violento, lo abandonó en la ciudad de Barreirinhas, en Marañón y en donde fue hallado el cuerpo de la alemana.