Issei Sagawa nació un 11 de Junio de 1949 en un Japón desolado y hambriento tras la guerra. Pese a nacer en el seno de una familia de empresarios acaudalados, en los primeros años de su infancia conoció muy de cerca la cultura de la “supervivencia” en su país. Era un niño pequeño y de aspecto débil y enclenque. El mismo se autocalificaría años después como: “pequeño, feo, con manos pequeñas y pies diminutos”. Con tan solo cinco años, unas terribles pesadillas atormentaban al pequeño Issei todas las noches. En sus pesadillas se veía a él mismo en el interior de una enorme cacerola con agua hirviente. Trataba de huir, pero no lo conseguía y, lentamente se cocía dentro del agua hasta que alguien lo sacaba de allí, pero no para salvarlo, si no para devorarlo sin compasión.
Estas pesadillas infantiles lo traumatizaron profundamente y fueron la mecha de sus posteriores actos caníbales. Sagawa tenía dos grandes pasiones, el Sushi y las mujeres occidentales. Le volvían locos aquellos cuerpos esculturales que veía de vez en cuando por las calles de Tokio. Altas, rubias, esbeltas… pero lo que más idolatraba era su piel… su piel blanca, suave y tersa. No lo podía resistir y no tardó en trazar un plan para poder estar rodeado de esas mujeres con las que el soñaba. Su fantasía se hizo realidad mientras estudiaba Literatura Inglesa en la Universidad de Wako en Tokio, ahí se relaciono con una mujer alemana que daba clases de idiomas.
“Cuando me encontré a esta mujer en la calle,” dijo después al reportero británico Peter McGill, “me pregunté si podría comerla”. Un día de verano, se metió a través de la ventana en su apartamento e intentó matarla. Para su deleite, ella estaba dormida y tenía ropa pequeña que cubría algo su cuerpo. Buscó algo para apuñalarla o golpearla y descubrió un paraguas. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, la mujer se despertó y lo descubrió. Luego, gritó desesperada provocando la huida del intruso.
Allí Issei no olvidó esta experiencia pues había sido muy fácil estar cerca de una mujer atractiva y si era más cuidadoso con el ataque, podría hacer realidad su fantasía. Así, empezó a investigar y vigilar a sus potenciales víctimas para planear sus ataques para que no pudieran escapar. Su fantasía se volvió realidad cuando viajó a París y encontró a la mujer que nunca pudo sacar de su mente. Ella tenía la piel blanca, la forma carnosa de sus nalgas y sus bonitos senos le habían provocado perdida razón, entonces empezó a conquistarla. De este modo, Sagawa creía que el amor que sentía por las mujeres que le gustaban lo podía demostrar comiéndoselas.
Después de la llegada de la estudiante y que ella rechazase sus proposiciones, él le disparó por la espalda en la nuca con un rifle del calibre 22. que había comprado con el propósito de llevar a cabo su plan caníbal. Ella había sido elegida debido a que el asesino la consideraba “hermosa y saludable”, todo lo opuesto a lo que él era, ya que ella lo consideraba “débil, feo e insignificante” y deseaba “absorber su energía”. Él atribuyó esta tendencia caníbal a un sueño de su infancia donde veía a su padre y su madre servir a su hermano menor como comida en una olla. Después de dispararle a la mujer, procedió a desmembrar el cuerpo para poder ingerirlo. Comenzó por los glúteos de Renée. En entrevistas posteriores, Sagawa dijo que se sorprendió al observar que la grasa humana tenía un color semejante al maíz. Durante los dos días siguientes, continuó comiendo varias partes del cadáver y describió la carne humana como “suave y sin olor”, como el atún. Después de ese tiempo, metió los restos del cadáver en dos maletas viejas y, en su intento de deshacerse de los restos en el Bosque de Boulogne, un parque a las afueras de París, fue detenido por la policía francesa.
Tras un análisis psicológico fue declarado demente y juzgado como tal, por lo que fue recluido en el hospital psiquiátrico Paul Guiraud de París. Pasados unos meses, Issei contrajo una enfermedad, que no era más que una inflamación intestinal y que fue diagnosticada erróneamente por los médicos como una encefalitis avanzada. El veredicto del equipo médico le vaticinó unas pocas semanas de vida. El padre de Issei, hombre poderoso y con muchas influencias, consiguió que el caníbal moribundo fuera trasladado a Tokio, donde fue recluido en una institución psiquiátrica de alta seguridad. El gobierno francés no se opuso al traslado, pues al fin y al cabo, quedándole pocas semanas de vida, lo veían como un simple adelanto del trayecto. De modo que Issei fue trasladado al hospital Matsuzawa de Tokio. Y, como era de esperar, no murió. El caníbal confeso se encuentra en una situación insólita, pues en Japón no tiene ninguna causa pendiente y en Francia se retiraron todas las causas contra él ante su inminente muerte, motivo por el cual fue liberado 34 meses después por las autoridades de su país natal.
El temible caníbal libre, pidió pasaporte para poder viajar a Alemania. Su situación de libertad le permitió dar entrevistas por televisión donde declaró que la carne humana era una de los mejores alimentos, incluso accedió para aparecer en películas pornográficas japonesas y además escribió cuatro novelas, en la que describía los detalles de su asesinato. Vendió más de 200,000 copias. Gracias a su padre, había escapado con un asesinato, y estaba muy orgulloso de él.
Actualmente Sagawa hoy disfruta de la popularidad en los medios de comunicación, concede entrevistas y hace videos para complacer la curiosidad de aquéllos que quieren acercarse a alguien que ha comido carne humana. El ser el centro de atención le divierte y cree que lo que hizo no es extravagante. “El público me ha hecho el padrino de canibalismo,” declaró, “y estoy contento feliz con eso.”
Los The Rolling Stones grabaron una canción llamada “Too much Blood” (Demasiada Sangre) En su web oficial, ofrece detalles sobre su crimen y defiende al canibalismo asegurando que no es un acto horrendo, ahí también exhibe ejemplos de sus pinturas y esculturas con las nalgas carnosas de hembras blancas. En un artículo de una revista, dijo que espera ser comido por una joven mujer occidental, porque, sólo un acto como ese lo salvará. Fuente: Horrores revelados