Esta historia se basa en un amor que trasciende la muerte.
A primera vista, podría parecer una tumba más, pero la historia que cuenta es de las más conmovedoras.
Pertenece a Fernand Arbelot, músico y actor francés que murió en 1942. Antes de fallecer, pidió ser enterrado mirando por siempre el rostro de la mujer que amaba. Su deseo quedó inmortalizado en la escultura de su tumba.
🪦 El monumento muestra a un hombre recostado, sosteniendo el rostro de su esposa entre sus manos, un poema silencioso de amor que perdura más allá de la muerte.
Ubicada en el Cementerio Père Lachaise de París, no solo destaca por su belleza sobrecogedora, sino por la emoción que transmite. Una recordatoria atemporal de que, aunque la vida termine, el amor permanece.

















