Por Carella Larrazabal. También llamada “La mujer verdugo”, Guadalupe Martínez Bejarano se convirtió en la primera asesina serial mexicana tras matar brutalmente a tres niñas.
Su forma de asesinar era organizada y motivada por la satisfacción sexual. Atraía a niñas y mujeres jóvenes de bajos recursos ofreciéndoles empleo como empleadas domésticas, una vez en su casa, las esclavizaba y las torturaba sexualmente. Su peor castigo era sentar a las niñas desnudas sobre un brasero ardiendo quemando sus genitales.
En 1887 fue aprendida por su primer asesinato, pero solo paso cinco años en prisión. Al salir asesino a dos hermanas y fue aprendida nuevamente y sentenciada a 10 años de prisión. Estuvo en prisión solitaria y murió ahí por causas naturales.