Karla Fernanda nació en 2004, nunca conoció a su padre, pues poco antes de que naciera su padre fue arrestado en la ciudad de México por robo y fue sentenciado a 8 años de prisión, su madre Paola González, nunca lo fue a visitar ni fomento el acercamiento con su hija. Y cuando esté salió de prisión nunca las busco.
En 2008, cuando Karla tenía 4 años, su madre Paola fue acusada de maltrato, así que el DIF acudió a su casa y se la quitó, es así como Karla quedó bajo resguardo de las autoridades. Durante algún tiempo estuvo en el DIF, pero según denunció Paola, mientras Karla estuvo en ese sitio sufrió abuso sexual, por eso se la regresaron.
Desde el abuso sexual, Karla se volvió agresiva, irritable y con poca tolerancia. Karla recibió un diagnóstico de problemas psicológicos (aunque no se especificaron los trastornos) En 2009 cuando apenas tenía 5 años, ya requería de medicamentos controlados. A los 7 años, cuando iba en primaria, su mamá la llevó al médico y ahí les aseguró a los especialistas que la pequeña era incontrolable, los medicamentos la ponían mal y exigió a las autoridades que la hospitalizaran de nuevo, presentaba mejorías, pero al final recaía.
Karla vivía en un pequeño departamento de la colonia Alfonso XIII con su abuelo, su mamá, su tía y su tío, al parecer con todos era agresiva. Los análisis explicaban que el principal problema era el ambiente familiar que le generaba recelo, recuerdos y reclamos. Así pasaron los años. Al llegar a la adolescencia se negaba a recibir tratamiento y ayuda especializada. Para ese entonces ya solo vivía con su mamá y su tío Juan quien padecía un retraso mental.
Su perra pitbull era su mejor compañía en esa casa.
El mes pasado Paola, acudió a la Fiscalía General de Justicia, contó la historia de su hija y reveló que la joven le pegaba, la insultaba y le decía que la iba a matar si intentaba encerrarla en algún hospital psiquiátrico. Incluso la amenazó con “echarle a la perra”.
Karla intentaba en ocasiones escapar de su realidad… llegaba a las puertas de una televisora en San Ángel parecía una adolescente como cualquier otra, se hacía llamar Dulce, sonreía y se tomaba fotos con cantantes y artistas. Pero dentro de su casa, su vida era otra, estaba marcada por abandonos, abusos, agresiones, trastornos y peleas.
Vivía en condiciones deplorables, su casa no tenía excusado, luz, agua, ni regadera, vivían en la suciedad ya que la casa estaba ella de orines y no limpiaban, había ropa sucia acumulada en ese pequeño departamento y el olor fétido era constante.
Finalmente la vida de abuso de Karla culminó en el asesinato de su madre y de su tío, el 6 de agosto pasado, Karla los asesinó, en ese departamento, y se quedó a vivir 5 días con sus perros, junto a los cadáveres. Cuando fue arrastrada estaba en su cama abrazada a sus perritos, unas victimas más, ya que se quedan sin sus dueños.
El caso es reciente y en estos días han ido saliendo más detalles de como era el ambiente donde vivia Karla, descubrieron que su tío era maltratado por su madre y una tía, hay un vídeo en Youtube donde se ve como lo maltrata una tía de Karla, aquí les dejo el link
También descubrieron que Paola utilizaba a Karla para extorsionar a sus vecinos, a quienes acusaba de agredirla sexualmente y les pedía dinero para retirar los cargos. Un vecino de ellas está en prisión, Paola lo denunció por abusar sexualmente de Karla, y como no se dejó extorsionar está en la cárcel, sus vecinos declararon que es inocente.
Paola se hacía la víctima en su FB siempre publicaba que estaba cansada de aguantar a su hija, pero la realidad desde que nació Karla fue victima de su madre, de la vida que le dió, y de como la utilizo para sacarle dinero a sus vecinos,
ya que claramente Karla era una chica mentalmente inestable y enferma.
Karla de 18 años, permanece en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla. © Dolores Urbana.