El 18 de julio de 1985, en Augusta Maine, tres chicos que se encontraban realizando un viaje fotográfico, fueron secuestrados y asesinados de manera brutal. Sus cuerpos amordazados y golpeados fueron encontrados en un contenedor de basura.
Al realizar una inspección cuidadosa de los cadáveres, la policía encontró en el bolsillo del pantalón de uno de los chicos, la foto de un payaso mirando fijamente a la cámara.
Se cree que se trataba del asesino disfrazado.