Por JOREM. En el año 1648, el místico judío de Ezmirna, Sabbatai Zevi empezó a autoproclamarse como el mesías. A pesar de promover ideas antinómicas y trasgredir constantemente los preceptos judíos, poco a poco se fue haciendo con el control de un gran número de fieles.
Muchos rabinos importantes de las grandes comunidades judías del mundo le fueron brindando su apoyo religioso, y al final fue considerado por muchos como un verdadero rey mesías. Algunos afirmaban que Sabbatai podía realizar topo tipo de milagros, pero la realidad es que el supuesto mesías sufría de terribles delirios místicos y problemas mentales.
Para el año 1666, Sabbatai Zevi ya tenía el apoyo de más de 600 mil judíos dispuestos a realizar cualquier cosa por su mesías. El frenesí de los sabbateos era brutal, frecuentemente efectuaban rituales extraños con el objetivo de pecar de todas las formas posibles para que la divinidad intervenga y envié la tan esperada era mesiánica.
Con ese apoyo masivo, Sabbatai se dispuso a viajar hasta Constantinopla para deponer al Sultán otomano de la época, Mehmed IV. Pero apenas pisó esa ciudad fue apresado por sedición. El Sultán le dio 3 opciones, ser empalado, realizar un milagro para salvar su vida mientras recibía flechazos, o convertirse al islam.
La decepción en el mundo judío fue terrible cuando Sabbatai Zevi se convirtió al islam, y pasó a llamarse Aziz Mehmed Efendi. A pesar de los acontecimientos, muchos seguidores de Sabbatai se convirtieron al islam con él, afirmando que era una tarea mística que el mesías judío debía realizar.
Hasta la fecha, en la actual Turquía existen varios descendientes de esos seguidores que acompañaron a Sabbatai en su aventura por el islam, y son conocidos como los donmeh (conversos).