Fue la noche del 23 de junio de 1993, cuando la joven ecuatoriana Lorena Bobbitt le cortó con un cuchillo de carnicero la mitad del pene a su marido, John Wayne Bobbitt. Este atractivo marine de los Estados Unidos dormía su borrachera plácidamente, por lo que su esposa aprovechó el momento idóneo de vengar tantos años de insultos, vejaciones e incluso violaciones.
Que la realidad supera la ficción se cumple a rajatabla en este caso. Lorena huyó de la escena en su coche, lanzó la mitad del miembro al jardín de una casa y poco después fue detenida. Al despertar, John se encontró rodeado de un charco de sangre. Los equipos médicos y de seguridad recuperaron parte del miembro viril y tras 10 horas en el quirófano, John vivió no solo para contarlo sino también para rentabilizarlo.
Fue algo tan inaudito que The New York Times escribió en su portada por primera vez el vocablo «pene» en vez de usar lo que tradicionalmente habían escrito, órgano sexual masculino. Ambos protagonistas se convirtieron en celebridades.
Para pagar las facturas hospitalarias creó la banda The Severed Parts con más pena que gloria, pero lo inaudito fue cuando decidió agrandarse el pene para convertirse en actor porno. Ahí están John Wayne Bobbitt Uncut -el video de esta temática más vendido hasta esa fecha- y Frankenpenis. Lorena fue declarada «no culpable» y absuelta por enajenación mental transitoria.
Aquello le duró poco y acabó ejerciendo una amalgama de empleos tan diversos como conductor de limusinas, camarero, gestor de un burdel, repartidor de pizza e incluso como casamentero en Las Vegas. Lo más inaudito es que un año después del incidente engendró un hijo con una de sus conquistas estando aún casado con Lorena Bobbitt. El joven se llama Andrew y tiene 29 años.
En el documental Lorena estrenado en Amazon hace tres años se confirma que el ex marine había sido detenido infinidad de veces por consumir alcohol y por violencia de género, llegando a estar encarcelado en un par de ocasiones.
Por su parte, Lorena Bobbitt quiso pasar desapercibida y optó por tener un perfil bajo. Lejos de querer rentabilizar lo sucedido, se tiñó el pelo, se divorció en 1995, recuperó su apellido de soltera (Gallo), se mudó de ciudad y hace dos décadas conoció en un centro de formación profesional a su pareja, David Bellinger, con quien tiene una preciosa hija, Olivia, de 17 años.
En la actualidad combina su trabajo de esteticista con el de presidenta de la fundación Lorena’s Red Wagon, con la que intenta ayudar a aquellas mujeres víctimas de la violencia doméstica. Sus apariciones públicas se limitan a dar conferencias «porque si mi dolor y sufrimiento ayuda a una sola de esas mujeres, habrá merecido la pena». © El mundo.
Foto del pene cortado
El pene fue cortado con un cuchillo de carnicero
El exmarine contó que el fin de semana pasado, en un hospital de Las Vegas, le habían cortado el dedo contiguo al anterior. Sucede que se le había quebrado por tolerar el peso del cuerpo a falta del dedo gordo, y el hombre no se había dado cuenta de esta lesión por causa de la misma neuropatía. Cuando fue al médico por una revisión de rutina, el doctor notó la quebradura y el mal estado del ese dedo y recomendó la nueva amputación.
Debido a las mutilaciones de los dedos y a otros problemas derivados de la neuropatía que afectan particularmente sus pies, Bobbitt anda usa zapatos especiales y se mueve con un andador ortopédico conocido como «scooter» de rodilla. Sin embargo, aseguró a TMZ que está mejorando, y que se siente saludable. Además, admitió que se está haciendo ver por un podólogo.
En junio de 1993, la acción de Lorena Bobbit, una mujer de origen ecuatoriano, de cercenar el miembro de su marido, en su casa del estado de Virginia, en los Estados Unidos, concitó la atención del público de todo el mundo. La mujer relató que se había cansado de los abusos y el maltrato de su esposo y que la noche del incidente él la había violado.
Luego de cortar el miembro de su marido, Lorena condujo varios kilómetros y lo arrojó por el camino. Las crónicas de entonces señalan que el pene fue encontrado por la policía y fue reimplantado a Bobbitt, que años más tarde protagonizó un film para adultos aprovechando la fama alcanzada por su triste historia.
La pareja fue a juicio años más tarde y ambos fueron absueltos. En 2009, los dos volvieron a verse las caras en un programa de televisión, donde John le pidió perdón a Lorena, mientras que ella manifestó que su exmarido aún la amaba, pues no dejaba de enviarle mensajes, flores y tarjetas para los días de San Valentín.
Lorena dirige hoy la fundación Lorena Gallo, dedicada a ayudar a mujeres que son víctimas de violencia de género y a dictar talleres en escuelas e instituciones. En una entrevista que dio el mes pasado a este medio señaló que se consideraba «una sobreviviente de la violencia familiar». © La Nación.