En la Edad Media (476-1492) se creía que unos espíritus masculinos venían durante la noche a posarse sobre el pecho de las personas que dormían, provocándoles toda clase de pesadillas. En ocasiones, estos íncubos fecundaban a mujeres dormidas, durante la noche, las cuales daban a luz nuevos íncubos y otros monstruos. También podían ser demonios-espíritus femeninos que seducían a hombres durante el sueño, y se llamaban súcubos.
Durante el medievo se tomaban muy en serio a estos espíritus demoníacos, y las personas tomaban toda clase de precauciones para evitar ser sorprendidos por estos seres. Desde penitencias hasta exorcismos, bendiciones del lugar, uso de amuletos, agua bendita, etc. Este fenómeno puede encuadrarse dentro de la Tradición Sobrenatural en la Psicopatología.
Su presencia, se tomaba como una señal de mal augurio, como de algo malo que estaba a punto de suceder (tal vez una enfermedad grave o una muerte de un ser querido) o de que estaba presente el maligno.
Íncubo o terror nocturno
El íncubo o terror nocturno se caracteriza por episodios bruscos de despertar en mitad de la noche, generalmente acompañados por gritos de pánico y con intensa ansiedad, agitación, confusión y una amnesia total de lo ocurrido. Por tanto, la sensación de desorientación y desconexión con el entorno es total. La persona no sabe exactamente qué le ha ocurrido, y tarda minutos u horas en recuperarse de la impresión y volverse a dormir de nuevo.
Este trastorno se produce durante las fases del sueño profundo, durante las fases NREM. Los psicoanalistas interpretan los sueños íncubos o terrores nocturnos como autopunitivos porque proporcionan una satisfacción durante el sueño de un placer censurable. Esta explicación se encuentra con el gran problema de que, durante esas fases del sueño, no soñamos (NREM). No obstante, no existe una explicación que resuelva todas las dudas sobre este fenómeno.
En ciertos delirios crónicos, como el erotomaníaco, puede darse de forma concomitante el síndrome del íncubo. Suele darse en mujeres, que relatan que sus amantes las visitan por la noche o durante el sueño y las tocan mientras duermen. La sensación puede ser de inmenso placer o profundamente desagradable.
Los súcubos o las poluciones nocturnas
La leyenda de los súcubos trata de ofrecer una explicación a las poluciones nocturnas, propias de los hombres. «súcubo» proviene del latín su-ccuba, que significa prostituta. Esta palabra deriva del prefijo sub-, que significa «debajo de» y del verbo cubo, «yo quedo». Por lo tanto, súcubo es alguien o algo que queda por debajo de la persona; mientras que íncubo (del latín in- «encima»), es alguien que queda por encima de la persona.
El síndrome del súcubo se da en aquellos hombres que manifiestan que una mujer atractiva los seduce durante el sueño y mantiene relaciones sexuales con ellos. Fruto de esta supuesta relación, el hombre eyacula durante el sueño, manchando la ropa interior y las sábanas.
Ocasionalmente, pueden producirse alucinaciones táctiles, aunque no se sabe bien si no son más que manifestaciones delirantes. Durante el episodio, la experiencia parece muy real, pero al despertar el paciente recuerda el episodio en medio de brumas, como una ensoñación, con dudas sobre lo ocurrido.
Espíritus del sueño: el misterio continúa
Estas sensaciones y síndromes pueden formar parte de otras patologías que los absorben, como los delirios, las demencias, la psicosis… Por ejemplo, pueden ser alucinaciones de una psicosis de persecución, como la sensación de ser abusado por un hombre o una mujer, por analogía a los comportamientos atribuidos a los demonios o espíritus del sueño masculinos (íncubos) o femeninos (súcubos) de la Edad Media. © Psicoactiva.