Hubo un hombre que estaba condenado a morir conocido como el prisionero más feliz del corredor de la muerte. Se trataba de Joe Arridy y tenía la capacidad intelectual de un niño de seis años. Había sido acusado de haber matado a una chica de quince años y fue condenado a muerte. Confesó el crimen pero sin saber muy bien lo que le estaban diciendo. Finalmente se descubrió que la chica había sido realmente asesinada por un hombre llamado Frank Aguilar. Por desgracia esto se descubrió después de que Arridy fuera ejecutado.
Cuando le dijeron a Arridy que iba a ser ejecutado, tampoco comprendió muy bien lo que eso suponía. Estando en el corredor se pasaba el tiempo jugando con juguetes. Su favorito era una un tren que un guardia le había regalado. El guardia le avisó que llegado el momento no se podía llevar el tren con el. Esto es algo que tampoco comprendía Arridy. Un compañero en la celda contigua le dijo que cuando llegara su momento le guardaría el tren, aunque Joe poco después tras convencerle de que era lo mejor.
Hasta el momento de su ejecución, este hombre estuvo feliz con sus juguetes y su relación con los guardias. Incluso se hizo amigo del preso de la celda contigua y al que le dio su juguete. Llegado el momento, su madre le dio un último abrazo y Arridy seguía sin saber porque su madre estaba tan triste. Incluso estando en la cámara de gas no sabías exactamente lo que estaba ocurriendo. Fuente. Ren Terror.