1987. La carrera de Michael Gordon Peterson en el boxeo sin guantes iba en ascenso. Pocas veces, las peleas clandestinas inglesas se habían rendido ante alguien que exudaba furia y se comportaba con tal violencia en el ring. Fue en ese momento cuando Michael recibió una sugerencia: cambiarse el nombre a Charles Bronson, en honor al famoso actor estadounidense de películas de acción que era más conocido por su tosca imagen que por sus dotes interpretativos.
Así fue como nació una leyenda del boxeo ilegal británico. Por desgracia, su esplendor solo se extendería por un par de meses más, pues Peterson –ahora Bronson– regresaría a prisión; el lugar del que llevaba más de una década entrando y saliendo. El que fue considerado como el “criminal más violento del Reino Unido” estaba por volver a estar tras las rejas.
¿Quién fue Charles Bronson?
Nacido el 6 de diciembre de 1952, Michael Gordon Peterson no fue precisamente un tormento al cual evadir. De hecho, en su familia –compuesta por políticos y personajes conservadores de clase alta– lo conocían como un chico amable, brillante, encantador y bueno con los niños.
Eso cambió durante la adolescencia, cuando se distinguió por meterse en problemas a la menor provocación. Fue expulsado de la escuela, formó parte de una banda juvenil e incluso llegó a ser detenido y enjuiciado en el tribunal de menores. Cuando superó la mayoría de edad, sus faltas fueron empeorando y se convirtieron en crímenes.
Tras librar la cárcel en tres ocasiones por delitos menores, Peterson fue sentenciado a siete años en prisión como condena por un cargo de robo a mano armada. Para ese entonces, Michael ya tenía un hijo y una esposa, Irene Kelsey. En la penitenciaría de Walton Gaol, en Liverpool, se haría conocido por su comportamiento violento: atacó a dos prisioneros sin razón aparente, destruyó un taller y causó lesiones graves en su compañero de celda. Ser aislado e incluso sedado no evitó que sus agresiones se convirtieran en una constante.
El violento criminal inglés que se volvió una leyenda del boxeo ilegal
Entre 1975 y 1987, Michael Gordon Peterson fue trasladado a decenas de prisiones en todo Reino Unido. Pasó de Armley a Wakerfield para después llegar a Parkhurst, Walton, Yorkshire y Londres, donde fue notificado de que su esposa le había pedido el divorcio. Asesinó a un guardia en Wandsworth, intentó escapar en la Isla de Wright, atentó contra su vida en Parkhurst y se convirtió en objeto de análisis médico tras su arribo a Broadmoor. Necesitaban saber si esa violencia procedía de algún lugar.
La única forma de controlar al criminal era permitiendo que escuchara sobre box y se rindiera ante el arte: pintó, escribió poemas y prosa, dibujó caricaturas, etc. Sus jornadas violentas –que causaron miles de libras en daños y la muerte de un prisionero– terminaron en 1987, cuando fue liberado de la cárcel de Gartree. Sus padres lo recibieron en casa e invitaron a reformar su vida. Tal cosa no sucedió.
Durante ese año, Peterson participó en peleas ilegales de boxeo sin guantes bajo el nombre de Charles Bronson. Según se cuenta, sus rivales terminaban sumamente lastimados, lo que provocó que su leyenda se esparciera en los bajos mundos ingleses. Allí, no hubo nadie que no conociera su historia o que le fuera extraño que, en algún momento, especialistas médicos y legales lo hubieran considerado el “criminal más violento de Inglaterra”.
¿Qué pasó con Charles Bronson?
El récord invicto de Charles Bronson terminó en los primeros días de 1988, cuando fue detenido por robar una joyería. El juicio en su contra se volvió sumamente mediático: los testigos se rehusaban a hablar por medio a represalias, la justicia pedía un castigo ejemplar y Michael solo sonreía. En junio recibió una sentencia de siete años de prisión.
Tras varios incidentes que permitieron su identificación como un enfermo mental, Charles Bronson –ahora nombre legal del criminal– logró que se desestimaran sus cargos. Aseguró que su novia, su amiga y su amante mintieron para que lo encarcelaran. En 1993, obtuvo su libertad… solo para perderla menos de 20 días después. Los siguientes años avanzaron con episodios criminales constantes: regresó a la prisión donde golpeó a sus compañeros, secuestrar a trabajadores y encargados de la cárcel así como protestar exigiendo mejores condiciones.
En 1999, Bronson recibió cadena perpetua por tomar como rehén a un trabajador de la prisión. Desde entonces vive encarcelado. En la cárcel, el lugar donde ha pasado gran parte de su existencia, se casó dos veces, se divorció y reconoció a un hijo que vio en televisión. También cambió su nombre de nueva cuenta – Charles Salvador, en honor a Salvador Dalí– y siguió dedicándose a su arte. Ahora espera que se apruebe la celebración de un juicio justo que lo libre de la cárcel. Algo que aún se antoja complicado para el otrora criminal más violento del Reino Unido. © Muy interesante.