El desprendimiento del alma a través del sueño es una situación muy oportuna para que entremos en relación con nuestros seres queridos. Los Espíritus de la Codificación nos dicen que “es tan común encontrarse, durante el sueño, con amigos y familiares, con aquellos que conoces y que te pueden ser útiles, que casi todas las noches haces estas visitas” (pregunta 414 de ‘ El libro de los espíritus). Por otro lado, el sueño “es el recuerdo de lo que el Espíritu vio durante el sueño”. Sin embargo, no siempre recordamos nuestras experiencias después de despertar. Los Benefactores Espirituales dicen que esto se debe a que todavía no temen “al alma en el pleno desarrollo de sus facultades” (pregunta 402 del ‘Libro de los Espíritus’).
También atribuyen este olvido a las características de la materia gruesa y pesada que constituye nuestro cuerpo físico. “El cuerpo apenas conserva las impresiones que recibió el Espíritu, porque no le llegaron a través de los órganos corporales” (pregunta 403 del ‘Libro de los Espíritus’). Esta observación de la Espiritualidad es muy justa, porque en nuestra condición de Espíritus encarnados, solo aquellas reminiscencias que irritan los correspondientes centros nerviosos, ubicados en el Sistema Nervioso Central, constituyen recuerdos conscientes.
Como resultado, muchos cuestionan la utilidad de estas reuniones y afirman que las ideas y los consejos compartidos durante el sueño no se pueden utilizar en la vida de vigilia. Llegados a este punto, los Espíritus de la Codificación aclaran que “poco importa que el Espíritu los olvide comúnmente, cuando se une al cuerpo. A su debido tiempo, volverán a ti como inspiración por el momento ”(pregunta 410a del ‘Libro de los espíritus’). Incluso porque la gran mayoría de estos diálogos se refieren a temas que interesan más a la vida espiritual que a la corporal.
Por eso, nos damos cuenta de que la posibilidad de conocer a los seres queridos durante el sueño es real y frecuente. De hecho, el sueño es “la puerta que Dios les ha abierto para que puedan ir a sus amigos en el cielo” (pregunta 402 del ‘Libro de los espíritus’). Pero, para que esto suceda, más que el simple hecho de querer, estando despierto, es necesario evitar que las pasiones nos esclavicen y nos conduzcan, durante el sueño, a campos de experiencia espiritual menos felices.
“Quien es penetrado por esta verdad, eleva su pensamiento, en el momento en que siente que se acerca el sueño; Pide el consejo de los Espíritus Buenos y de aquellos cuya memoria te es querida, para que vengan a ayudarte, en el breve intervalo que te conceden. Si lo haces, al despertar te sentirás fortalecido contra el mal, con más valentía para enfrentar la adversidad ”(ítem 38 del Capítulo XXVIII de ‘El Evangelio según el Espiritismo’).
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Revista Reformador – Nov / 2008
Responsable de la transcripción – Ivan N.