Una herida por arma blanca se trata de una lesión traumática que se realiza con un objeto (cuchillo o similar) que penetra, corta, rasga o se clava en la piel.
Se clasifican según el objeto con el que se ha producido:
Heridas punzantes o penetrantes:
Son provocadas por instrumentos cortos, largos, delgados, redondos y con punta (agujas, picahielos, punzones, alfileres). Su profundidad es más grande que la longitud de la herida sobre la piel, y puede desgarrar de manera irregular los tejidos de la piel.
Heridas incisas o cortantes
Pueden ser provocadas por instrumentos de bordes finos como lo son los cuchillos, navajas, bisturíes, hachas, palas o botellas rotas. En este tipo de heridas se producen lesiones largas, simples y poco profundas, por lo que el agresor debe hacer esfuerzo para hundirlos en la piel.
Heridas contusas
Son provocadas por instrumentos con bordes romos (aquellos que tienen punta poco puntiaguda). La herida en este tipo de casos depende del golpe, la caída o aplastamiento.
Heridas cortopunzantes
En este tipo de heridas las lesiones pueden tener características cortantes y punzantes, y se pueden dar a través de instrumentos como: puñales, cuchillos de cocina, hojas de metal, tijeras entre otros.
Heridas corto contundentes
Este tipo de heridas son provocadas por herramientas que tienen hojas de acero o de metal, tales como: hachas, machetes o espadas. Las lesiones causadas pueden separar tejidos debido al impacto, compresión o deslizamiento. © La Forense Joss