El nuevo museo de arte contemporáneo de François Pinault, una colección de arte futurista que florece en el corazón de la hermosa Bourse du Commerce del siglo XVIII, abrirá en París el 22 de mayo próximo.
Está a dos pasos de Les Halles, entre el Museo del Louvre y el Centre Pompidou.
El diseñador japonés Tadao Ando fue el encargado de transformar el antiguo espacio donde se daban las tratativas entre los comerciantes parisinos en la nueva “Collection PInault” del magnate francés.
Nacida intencionalmente en el centro de la capital, la nueva instalación es la contraparte del “buque” futurista, la “Fondation Vuitton”, un museo de arte contemporáneo que se ubica desde 2015 en el Jardin d’Acclimatation del Bois de Boulogne, buscado por el propietario de LVMH -rival en lujo de Pinault-, Bernard Arnault.
Al entrar a la Bourse du Commerce / Collection Pinault, impacta el enorme espacio cilíndrico alrededor del cual discurren las galerías expositivas, dominado por la cúpula de vidrio y acero que ilumina los interiores, lo que representa la primera gran sorpresa para el visitante.
En el centro, destaca “Sin título”, obra multiforme y espacial del artista suizo Urs Fischer: en el centro, una copia de la escultura en mármol Rapto de las Sabinas, obra monumental de Juan de Bolonia, ubicada en la Plaza de la Señoría, en Florencia. Para admirarla, una reproducción del pintor italiano Rudolf Stingel.
Luego, se ven sillas: una de jardín, muy banal, en plástico blanco; una de oficina; dos asientos de avión en clase económica y otras 4 sillas de colecciones de arte. El conjunto no es de mármol, madera, ni plástico, sino de cera.
Como velas, que simbolizan el paso del tiempo y la vanidad, todas estas obras comenzarán a derretirse desde el ingreso de los primeros visitantes y se irán desgastando poco a poco hasta que finalmente sean reemplazadas.
El visitante, que piensa y reflexiona sobre la creación, la destrucción y la transformación, alza la mirada hacia la luz que proviene de la cúpula y observa “Otros”, obra de Maurizio Cattelan, un escuadrón de palomas perfectamente reproducido y dispuesto a lo largo de la barandilla que rodea la “Rotonda”, la gran plaza central de la Bolsa, alrededor de la cual se desarrolla el Museo.
La idea de Tadao Ando para esta nueva creación -obra iniciada en 2017 y finalizada el año pasado, con apertura retrasada debido a la pandemia- es insertar un cilindro de hormigón de 29 metros de diámetro en el centro del antiguo edificio, circular (38 m de diámetro), dejando espacio a su alrededor para galerías de exposición en los espacios laterales.
El cilindro no llega a la cúpula y deja pasar la luz. A su alrededor, recorre las rampas que conducen a las salas de exposiciones, en un conjunto que revela claramente la inspiración del Museo Guggenheim de Nueva York, la construcción en espiral de Frank Lloyd Wright.
Se propusieron 32 artistas y más de 200 obras, las de la colección Pinault, en muchos casos en premier mundial para el público. En total son 13.000 metros cuadrados, 3.000 destinados para exposiciones. En el sótano hay un auditorio circular con 228 asientos.
Entre las colecciones expuestas, casi todas de artistas vivos, hay muchas de estadounidenses, africanos y sudamericanos.
Se trata de obras a menudo dramáticas, inmersas en los problemas de la sociedad o en tortuosos recorridos espirituales.
Dominan las preocupaciones sociales contemporáneas, como la desigualdad de género; el racismo y la intolerancia.
Se destacan en un espacio importante, en la galería 2 – de doble altura – todas las obras de la Colección Pinault, nunca antes mostradas, del artista afroamericano David Hammons, una individualidad radical e intransigente con una enorme influencia en la escena del arte contemporáneo. (ANSA).