A los 42 años, Meiwes, técnico informático, se hizo famoso por confesar haberse comido en parte a un hombre al que conoció navegando en la web. Se trataba de Bernd Juergen Brandes un ingeniero de 43 años que vivía en Berlín.
Según las pruebas recogidas, Brandes viajó hasta Rotemburgo para responder a un anuncio publicado por Meiwes en internet en busca de «hombres dispuestos a ser devorados». Así, la idea fija de Brandes era que su victimario, le cortara el pene y lo comiera frito.
La confesión completa de Armin Meiwes
El sujeto, un gigoló de poca monta, se negó rotundamente ante la extraña petición de Brandes, lo que lo encolerizó. Comenzó a mantener relaciones con prostitutos, a los cuales les pedía que le mordieran el pene y se lo arrancaran; pero ninguno quiso hacerlo. Brandes tenía una fantasía, y esta consistía en que le amputaran sus genitales y se los pudiera comer. Navegando en Internet y visitando foros de sexo bizarro, con la ilusión de encontrar a un sádico que se ofreciera a realizar semejante brutalidad, es cuando se topa con el anuncio de Meiwes, y decide ponerse en contacto con él. Cuando Brandes y Meiwes comenzaron a hablar por chat, acordaron una cita. Brandes poseía una pareja estable y le cedió todos sus bienes antes de reunirse con Meiwes. Una vez que se juntaron, estuvieron en la casona y bebieron algo mientras llegaban al acuerdo previo; sin embargo Meiwes notó cierto nerviosismo en Brandes y le dijo que si no estaba seguro de hacerlo, entonces no lo haría. Meiwes lo acompañó hasta el terminal de ferrocarriles y volvió a su casa. Luego de unos minutos recibió una llamada de Brandes. Iba a volver… y esta vez sería en serio.
Armin preparó una cámara de video y ambos se grabaron en el living del inmueble. Bebieron alcohol y Brandes tomó varias pastillas, no sin antes declarar ante la cámara que estaba en todas sus facultades, y que sabía que sería devorado por Meiwes… y que no ponía objeción alguna. Las imágenes siguientes, registran cómo Meiwes corta el pene de Brandes con un cuchillo, para luego ponerlo a freír en la cocina mientras Brandes mostraba gran excitación y placer luego de ser castrado. Antes de esto, Meiwes habría tratado de arranacar el miembro de Brades con los dientes, como él mismo lo había solicitado; pero ante los gritos de dolor y lo inútil que resultó (sólo logró desgarrarlo), Bernd le dijo que tomara el cuchillo y lo cortara de una buena vez. Posteriormente, ambos comenzaron a comer el miembro de Brandes; pero al parecer se había vuelto duro e incomible, a lo que Brandes reclamó «dijiste que sería perfecto»
Luego de que Bernd Brandes comenzara a desangrarse y perdiera el sentido, Meiwes lo cargó y depositó en una bañera con agua tibia, en donde Bernd parecía fascinado mirando cómo se sumergía en su propia sangre. Diez horas más tarde, Bernd y Armin acordaron que debía ser sacrificado, pues aunque había perdido litros y litros de sangre, aun estaba semiconsciente. Meiwes lo puso sobre una mesa y lo degolló con un cuchillo, para luego empezar a descuartizarlo. Meses después, Meiwes confesaría haber consumido más de 20 kilos de carne humana, cuidadosamente cocida y acompañada de vino tinto chileno. Mientras tanto, seguía en busca de su siguiente «víctima voluntaria» por Internet, hasta que fue detenido a finales del 2002.