Por Walter Vilca . Una tarde de 1996, dos habitantes de la localidad de Los Médano escucharon gritos que salían de una casa. Entraron y encontraron asesinado al dueño de la vivienda y a su lado a un joven
Los alaridos que salían de ese rancho se escuchaban hasta la calle. Esos gritos alarmaron a Horacio Trigo y José Moretta que, suponiendo que algo grave ocurría en esa precaria vivienda, entraron juntos al domicilio a ver qué pasaba.
En la pequeña cocina comedor no encontraron nada, pero apenas pasaron el marco de la puerta y alumbraron la habitación con un encendedor, hallaron a don Ernesto Domingo Mercado tirado en el piso de tierra, al lado de la cama. El jubilado estaba todo ensangrentado, con evidentes heridas cortantes. Pero eso no era todo, en un rincón de la pieza de adobe y caña permanecía parado y mudo “El Chino” Montiveros, un joven vecino del barrio.
Lo que más sorprendió a esos dos vecinos fue que, mientras ellos auxiliaban en vano al jubilado de 82 años, Carlos Eduardo Montiveros ni se inquietó y se marchó del rancho. Esa tarde noche del sábado 31 de mayo de 1992, los policías de la Comisaría 9na de Caucete confirmaron la muerte de Mercado en el mismo lugar.
Los uniformados que llegaron esa casa situada en el barrio San Martín de la zona de Los Médanos, a 7 kilómetros de la villa cabecera de Caucete, pensaron que se trataba de una persona descompensada o un accidente doméstico. Pero cuando observaron las heridas cortopunzantes que presentaba el anciano, no dudaron de que estaban frente a un asesinato.
Los dos vecinos que encontraron al jubilado, contaron sobre la presencia de Carlos Montiveros en la vivienda y su extraña actitud. Otros testimonios confirmaron que el joven y la víctima se conocían. El muchacho vivía justo enfrente y eran amigos, en ocasiones el hombre mayor hasta le prestaba dinero, comentaron. También contaron “El Chino” tenía comportamientos violentos y había tenido problemas con varios habitantes del barrio.
El entonces juez Agustín Lanciani, del Segundo Juzgado de Instrucción, ordenó la inmediata detención del muchacho de 20 años. Los uniformados no hicieron más que cruzar la calle y lo apresaron en su casa. Allí vieron que éste se estaba preparando una muda de ropa para darse a la fuga.
Ataque a cuchillazos
Otros policías que inspeccionaron el rancho del jubilado encontraron restos de sangre en distintas partes de la vivienda. En el techo, hallaron un cuchillo de cocina de 20 centímetros de largo.
El informe del médico legista y después del forense confirmaron que Mercado murió por las heridas cortopunzantes producida con esa arma blanca. Detectaron que el cadáver presentaba puntazos en el tórax, el rostro y hasta en el cuero cabelludo, además de cortes en la mano de derecha. Esto último dio a entender que el jubilado se defendió del ataque.
No había muchas vueltas que darle. Montiveros estaba en la escena del crimen cuando llegaron los dos testigos, no hizo nada para ayudarlo y después aparentemente planeó escapar. Por otro lado, en principio circuló la versión de una discusión por un partido de fútbol, pero después se instaló la hipótesis que el problema se originó porque el jubilado reclamó al joven un dinero que le debía.
El móvil jamás quedó aclarado, ni en el juicio realizado en abril de 1998 en la Sala II de la Cámara en lo Penal y Correccional. “El Chino” declaró en el debate y negó ser el autor del asesinato. A modo de justificación, aseguró que estaba dentro de la casa porque entró a auxiliar al jubilado y quedó paralizado al toparse con ese tremendo cuadro.
El debate
La defensora oficial Alicia Pontoriero planteó que el muchacho era inocente. En los alegatos sostuvo no tenía motivos para matar al anciano y resultaba imposible creer que él se quedara en la escena del crimen o regresara sabiendo que eso lo delataba.
Para el fiscal de cámara Ricardo Otiñano todas las pruebas llevaban a la conclusión que la tarde noche del 31 de mayo de 1997 Carlos Eduardo Montiveros fue a la casa del jubilado, discutieron por una deuda que mantenía y lo atacó con el cuchillo de cocina. Al final de su exposición, solicitó la pena de 16 años de prisión.
El veredicto se conoció el 16 de abril de 1998 y fue condenatorio. El tribunal sentenció a “El Chino” Montiveros a 10 años de cárcel por el delito de homicidio simple. © Tiempo de San Juan