POR G.A.. Con tantos milenios de presencia humana en nuestro planeta es muy difícil saber quienes fueron los criminales que asolaron las diversas regiones, ya que se tienen los primeros indicios de hace unos siglos pero se desconoce a ciencia cierta el total de las muertes y sus autores.
Sin embargo, hay un asesino serial que data de hace casi 200 años y que sembró un reinado de muerte en la antigua India (en aquel momento era un Raj británico), en la cual algunos historiadores sostienen que tiene en su espalda, más de 900 muertes, una cifra que lo colocaría en la cima de una terrible montaña de sangre.
Se trata de Thug Behram, denominado por los libros más tarde como «El estrangulador mayor», quien nació en 1765 en lo que hoy es la India (antiguamente una colonia británica) y poco se sabe de su infancia y adolescencia, solo que se transformó en el líder del culto Thuggee (se creía que era una especie de mafia) en dicha región asiática, y lo fue por medio siglo hasta su captura.
Inicio de los asesinatos
Lo cierto, es que las muertes tuvieron sus comienzos en 1790 y por supuesto, no actuaba solo en cada una de las muertes que en general se producía por estrangulamiento. Algunos creen que sus hechos tenían una índole religiosa y que eran sacrificios hacia la diosa hindú Kali, vinculada a la energía eterna.

Hay que resaltar que la mayoría de las víctimas eran extranjeras o comerciantes a las cuales se les robaba el dinero y fortuna, y estos grupos eran conformados por varios hombres y mujeres, y utilizaban un pañuelo amarillo llamado Ramal para matar a su víctima.

El asunto es que las muertes iban en aumento de forma rápida y no solo causaron terror entre los vendedores y forasteros, sino que esto afectada de forma directa a la economía del lugar, debido a la cantidad de negocios que cerraban por los asesinatos, con lo cual las autoridades locales «tomaron cartas en el asunto».
Thug Behram: detención y confesión
La investigación de los episodios quedó en manos de un oficial de la Compañía Británica en las Indias Orientales llamado James Paton, quien ya colaboraba en un departamento local que atendía robos y asesinatos. Paton logró descifrar un manuscrito sobre la actividad de los Thuggees en 1830 y en ese documento el nombre de Thug Behram era muy solicitado.
En aquel enunciado, Behram era responsable de al menos 930 muertes, aunque bajo sus manos habrían perecido más de 125 personas. Conocida esta información, el teniente inglés William Sleeman fue convocado para desarmar estas bandas, y en 1835 atrapó a Syeed Ali, quien fue confesando varios de los atroces hechos que derivaron en la detención de casi 1.500 integrantes de estos grupos.

Esta cadena de informaciones hizo que las autoridades pudieran detener a Thug Behram y luego ser enviado a la cárcel de Jabalpur, donde confesó haber participado de más de 900 actos criminales junto a los Thugs. El jurado lo condenó a muerte por los cargos de homocidio doloso y asesinato en serie, por lo cual en 1840 fue ahorcado en dicho presidio. © Crónica.