La historia de esta secta surge en 1962, cuando los cienciólogos, Mary Ann MacLean y Robert De Grimston, se conocieron en un centro de la cienciología en Londres. En cierto punto decidieron establecer sus propias técnicas, por lo que formaron su propio grupo llamado “análisis de compulsiones”. Un año después, la pareja contraería matrimonio, pero de forma muy extraña, empiezan a mezclar sus técnicas con principios religiosos del cristianismo y el satanismo. Surgiendo así, el proceso.
El proceso identificaba 4 grandes dioses: Jehová, Lucifer, Satanás y Cristo. Y hacía énfasis en la reconciliación de estas deidades durante el fin de los tiempos. Por esos días, varios famosos se involucraron con el culto en mayor o menor medida.
Los líderes abrieron centros del culto en otros países, pero sin saberlo, habían cometido un terrible error cuando inauguraron un centro procesano en San Francisco. En 1967, Charles Manson llegó hasta dicha ciudad y se radicó en la misma calle en donde se ubicaba la iglesia del proceso.
Luego de los homicidios Tate – LaBianca cometidos por la familia Manson en 1969, las autoridades sospecharon sobre un posible vínculo entre esa secta y el proceso. Lo cierto es que la reputación del culto fue completamente destruida por los rumores que enfatizaban la vinculación, hasta que finalmente la secta se fragmentó luego del divorcio de los líderes.
Pero en 1977 el nombre de la secta nuevamente se vería envuelto en la polémica, cuando el homicida David Berkowitz (más conocido como el hijo de Sam), fue capturado luego de quitarle la vida a 6 personas. Berkowitz tenía vínculos con el satanismo y según el periodista investigativo Maury Terry, el asesino había formado parte de un subgrupo del proceso, teniendo a varios cómplices en los crímenes. © Jorem.