La masacre de la Escuela Secundaria de Columbine ocurrió en 1999 y fue un tiroteo escolar ocurrido el 20 de abril de 1999 en Columbine (Colorado, Estados Unidos). El ataque también involucró una bomba de fuego para distraer al equipo de bomberos (tanques de propano convertidos en explosivos colocados en la cafetería) y 99 artefactos explosivos. Los perpetradores eran los estudiantes de último año, Eric Harris y Dylan Klebold, quienes asesinaron a 12 estudiantes y a un profesor. Además, lesionaron a otras 24 personas y tres más resultaron heridas al intentar escapar de la escuela. Los perpetradores se suicidaron posteriormente.
Aunque sus motivos exactos no están claros, los diarios personales de los perpetradores documentan que deseaban que sus acciones rivalizaran el Atentado de Oklahoma City y otros incidentes mortales en los Estados Unidos en la década de 1990. Harris también manifestó el deseo de estrellar aviones contra el Empire State o las Torres Gemelas, pensamiento que se materializaría en el 11S. El ataque fue definido por USA Today como un «ataque suicida planeado como un gran bombardeo terrorista».
La masacre provocó un debate sobre las leyes de control de armas, las subculturas y el acoso. Derivó en un mayor énfasis en la seguridad de las escuelas con políticas de cero tolerancia, y un pánico moral sobre la subcultura gótica, la cultura de las armas, los marginados sociales (aunque los perpetradores no eran excluidos), y el uso de antidepresivos farmacéuticos por los adolescentes.
Ese 20 de abril de 1999, todo indicaba que iba a ser un día más de rutina en la escuela Columbine, del condado de Jefferson, en Colorado. A las 11:10 de la mañana casi 500 chicos y profesores estaban en el comedor. Otras 300 personas entre la biblioteca, el gimnasio y el sector de mantenimiento.
Nueve minutos después, Richard y Rachel, dos chicos de quinto año, están charlando distraídos en una de las puertas laterales del edificio. Escuchan un ruido y cuando levantan la vista ven un tubo de metal que cayó muy cerca de ellos. Era una bomba casera que no estalló. Un instante después aparecen dos extraños adolescentes vestidos con abrigos largos hasta el suelo. Ocultan un rifle y una escopeta recortada. Están apenas a 20 metros de Richard y Rachel, que los reconocen. Son compañeros: Eric Harris, de 17 años, y Dylan Klebold, de 18. Sin darles tiempo a reaccionar los jóvenes disparan. Rachel cae muerta con cuatro disparos en el cuerpo. Richard recibió ocho, se estuvo desangrando por casi tres horas, pero sobrevivió. En ese momento por la puerta salen otros tres estudiantes y Eric y Dylan disparan contra ellos. Uno muere en el momento, los otros dos quedan heridos y logran escapar.
Adentro de la escuela se escuchan los disparos y se produce una peligrosa corrida. A las 11:23 la policía recibe la primera llamada de una alumna pidiendo auxilio. Esa grabación en tono desesperado en la que se oye un disparo de fondo se convertirá en uno de los testimonios más desgarradores de la matanza. En unos pocos minutos, casi mil policías rodean el instituto.
Un grupo de chicos y profesores se refugian en la biblioteca. Eric y Dylan avanzan disparando por el pasillo central hasta que entran a la biblioteca. Después se supo que allí había 56 personas.
Quince minutos más tarde, los atacantes entran en el comedor y lo primero que hacen es disparar a los bolsos que ellos mismos habían dejado allí unas horas antes. Estaban repletos de bombas caseras que no funcionaron. Se producen unas pequeñas explosiones que prenden los aspersores anti-incendios. Cae el agua y el comedor comienza a inundarse; Eric y Dylan siguen disparando a mansalva. Unos 30 alumnos consiguen escapar por la salida de emergencia. Son los primeros que dan algunas informaciones sobre los atacantes y lo que estaba sucediendo.
Dos minutos después del mediodía, los agentes del SWAT, la unidad especial de la policía, deciden entrar al edificio. Se dividen en dos grupos, uno va por la puerta principal, el otro por una de emergencia. En ese momento se produce una de las acciones más difundida por los medios. El alumno herido Patrick Ireland, con un ataque de pánico, se tira desde la ventana del segundo piso de la biblioteca. Tuvo la suerte de que abajo ya había un grupo de policías y bomberos que alcanzaron a atajarlo y amortiguar la caída.
Los agentes avanzan por los largos pasillos del edificio y van encontrando cadáveres, heridos desangrándose y chicos escondidos en los recovecos de las escaleras y los baños. Se escuchan gritos, los disparos detonan cada vez más distantes y esporádicos hasta que cesan. Los policías continúan revisando cada sala y sacando chicos que salen en fila y con las manos en alto, aterrados y entre lágrimas. A las 14:50, finalmente, los agentes del SWAT encuentran a los responsables del horror en el sótano. Están muertos. Eric y Dylan se suicidaron.