Horas después de tomarse esta foto, Sharon Tate, que estaba embarazada de ocho meses y medio, fue asesinada a sangre fría por un grupo de fanáticos de la familia de Charles Manson. Ocurrió el 9 de agosto de 1969, cuando varias personas irrumpieron en la casa que compartía la actriz con el cineasta Roman Polanski en el número 10050 de Cielo Drive en el barrio de Beverly Hills, en Los Ángeles.
«Por favor, por favor, no me mates, no quiero morir. Sólo quiero tener a mi bebé», cuentan que llegó a suplicar la bella actriz estadounidense antes de que Susan Atkins acabara con su vida de forma salvaje y sin sentido. «Mira, zorra, te vas a morir, y no me importa nada», fue lo último que escuchó Sharon Tate antes de que la mujer adoctrinada por Manson se abalanzara sobre su cuerpo y le asestara 16 puñaladas.
La muerte de la actriz, que tenía apenas 26 años cuando dejó viudo y sin su hijo a Polanski, con quien solo llegó a rodar El baile de los vampiros, supuso un antes y un después en los convulsos años 60 en Estados Unidos, y más concretamente en California. El fin de la era hippie, una época de rebeldía y obsesión por la paz que estuvo dominada por el amor libre, las drogas, el alcohol y los excesos. Fuente: MJ MG