Un almuerzo familiar que pretendía ser un momento de unión se transformó en un caso de asesinato múltiple que ha conmocionado a Australia. Erin Patterson, de 50 años, fue sentenciada el pasado 8 de septiembre a cadena perpetua por el asesinato de tres de sus familiares políticos, a quienes envenenó deliberadamente con el hongo altamente tóxico Amanita phalloides, conocido comúnmente como el “hongo de la muerte”. La jueza dictaminó que Patterson deberá cumplir un mínimo de 33 años en prisión antes de poder solicitar la libertad condicional, cuando tenga 83 años.
El trágico suceso ocurrió en la localidad de Leongatha, donde Patterson sirvió una comida a sus exsuegros, Don y Gail Patterson, y a la tía y tío de su exmarido, Heather e Ian Wilkinson. Poco después de la comida, los cuatro invitados enfermaron de gravedad. A pesar de los esfuerzos médicos, Don, Gail y Heather fallecieron a causa de una insuficiencia hepática fulminante, un efecto característico de la toxina presente en el hongo. La investigación posterior confirmó que el veneno fue el causante de las muertes, llevando a la detención y posterior juicio de Patterson.
El único sobreviviente de la pesadilla fue Ian Wilkinson, quien logró salvar su vida gracias a un trasplante de hígado de emergencia. Durante el juicio, Wilkinson describió el acto de Patterson como una “traición enorme”. Sus palabras resonaron en la corte, donde el juez, al dictar la sentencia, destacó la frialdad de la acusada: “Su falta de arrepentimiento echa sal en las heridas”. © Noticias de lechería

















