Yenifer, mujer trans de 35 años, es parte del staff del hogar Santa Ana, en el partido de San Martín; Vicky, una psicóloga social de 92 años, entabló una relación muy fuerte con ella; como las otras 32 personas que viven ahí, la describe como “perceptiva”, “inteligente” y “profesional”.
Tomate el último y salimos”, dice Yenifer Pereira, mientras apoya el mate recién cebado en la mesita que Vicky tiene delante de ella. La mujer trans de 35 años trabaja como cuidadora en el hogar hace tres años.
La gente la quiere mucho. Siempre buscan que los atienda ella porque es muy dulce, muy cálida y muy buena. Y muy inteligente también —asegura Vicky, que vive en el hogar hace 21 años.
Lo que más me gusta de mi trabajo es que me hace sentir útil. Es mi primer trabajo digno —cuenta Yenifer.
Yenifer nació en un pueblo rural de Paraguay. Vivía con sus padres y seis hermanos.
Ella ivía con sus padres y seis hermanos. La mayoría trabajaba en el campo. “Mi infancia fue muy difícil. A los ocho años, dejé la escuela porque mis compañeros y sus padres me molestaban.» Cuando cumplió los 18, intentó conseguir un trabajo formal. No tuvo éxito. “Viajé a otras ciudades en busca de alguno. Pero me fue imposible conseguir uno siendo una chica trans.»
on muy pocas las mujeres trans o travestis que consiguen un trabajo formal: apenas el 13%. En 2020, durante la cuarentena, Yenifer conoció a Mocha Celis. Como no tenía manera de generar ingresos, la ayudaron con comida. La alentaron a que terminara la escuela y le ofrecieron inscribirse en un curso para convertirse en cuidadora auxiliar gerontológica.
Me anoté porque pensaba que así podría conseguir el trabajo diferente, digno, con el que tanto fantaseaba de chica. Y no solo consiguió ese trabajo, sino que también se volvió una de las protagonistas de “Cuidadoras”, un documental dirigido por Martina Matzkin y Gabriela Uassouf que retrata su labor.
En su primer día de trabajo en el hogar, Yenifer no sentía otra cosa que nervios. «Tenía miedo de llegar y que los mayores del hogar reaccionaran mal, me miraran feo y me discriminaran». Pero no pasó. «Me recibieron con mucho cariño», relata emocionada. © redeslgbt

















