Cuenta el célebre historiador Heródoto, que las mujeres de Babilonia estaban obligadas a realizar un peculiar rito sexual ofrecido a la diosa Milita, en el que una vez en la vida, debían acostarse con un extranjero en el recinto de su santuario.
En su visita a la ciudad de Babilonia, Heródoto observó un peculiar rito en el que toda mujer estaba obligada a ir al santuario dedicado a la diosa, que era la deidad del amor de aquella civilización, como Afrodita para los griegos y yacer con un extranjero.
De acuerdo a su obra: Los Nueve Libros de la Historia, las mujeres de mayor clase social no se mezclaban con las demás, llegaban con sus carruajes cubiertos y la servidumbre habitual de la época, que le esperaba fuera del templo.
Las mujeres debían entrar en el santuario y sentarse dentro del recinto con una corona de cordel alrededor de su cabeza. Entre ellas se ubicaban unos pasillos separados por cuerdas por los que circulaban los extranjeros mientras decidían con qué señora se iban a acostar. Una mujer sentada en el templo, no podía volver a casa hasta que no hubiese completado el rito. El historiador cuenta que aquellas que no eran muy atractivas pasaban hasta 3 o 4 años en ese lugar.
Una vez que el extranjero echaba dinero en el regazo de la mujer, entraban al interior del santuario a practicar sexo en nombre de la diosa. Terminado el trámite, las mujeres podían volver a su casa, donde ya nadie podía volver a tener el favor de ella.
Este rito era una ley de Babilonia, por lo que todas las mujeres estaban obligadas a cumplirla. Sin embargo, hay dudas de que esta práctica podía ser generalizada y si las hijas de las familias más ilustres, incluso la propia hija del soberano, estaban obligadas a cumplirla, tampoco está muy claro si realmente una mujer podía estar varios años en el interior del recinto hasta poder cumplirla. Pese a ello, las mujeres tenían una alta consideración en esa sociedad.
He aqui una representacion de una diosa, probablemente Ishtar o Milita , la cual puede resultar desconcertante, sensualmente desnuda , con dos búhos a su lados, la misma diosa está parada sobre dos criaturas que parecen ser leones y sus pies parecen garras, lo que le da cierto contraste a su imagen seductora. Es un culto propio a la mitologia sumeria, muy distinto al helenismo, pero con ciertas similitudes.