La flaca Sandra era muy enamoradiza y por ello fue que cayò en las redes de la inglesa.
La inglesa , oriunda de Canterbury, se llamaba Marga Western y llegò a la Argentina de paseo pero se quedò a vivir porque le gustò nuestro paìs. Ella se enamorò, sobre todo de Buenos Aires.
Marga Western Dejò su porche en Londres, y olvidò el Big Ben para radicarse definitivamente a tres cuadras del obelisco.
La inglesa tenìa estilo. Fumaba cigarros en boquilla mientras una caìda de sus pestañas dejaba ver la sensualidad en su falda porque usaba minis con botas largas de caña autènticas. Por ello, una noche La Flaca Sandra se le acercò y la encarò en Enigma, el boliche que estaba en Esmeralda y Marcelo T de Alvear. Marga, la subestimò con la mirada, porque ella buscaba algo màs acorde a su elite y vaya , vaya si lo consiguiò. Marga se enganchò con una garota turista que llegò en navidad por Buenos Aires. Le decìan “La garotiña de Ipanema” y entre boquillas, chocolates, garotos y besos, en la noche de Enigma, la inglesa puso fin a los deseos de la Flaca Sandra, quien se habìa enmamorado como pocas de la Inglesa, aunque nunca imaginò que su historia tendrìa tan triste final por culpa de aquella garotiña de Ipanema.
Simonìn