Marcelo tenía 50 años y una vida aparentemente estable: 26 años de matrimonio, una hija adulta, y una rutina que no prometía sorpresas. Hasta que conoció a Pela, su vecino. Lo que comenzó como una amistad se transformó en un amor inesperado, profundo y valiente. Marcelo decidió romper con los convencionalismos, enfrentando el miedo, la incertidumbre y el juicio social para vivir su verdad.
Caliescalinoticias expersa que su hija Belén, tras el impacto inicial, eligió el amor por encima del prejuicio. Juntos, Marcelo y Pela emprendieron un negocio, construyendo no solo una vida compartida, sino una historia que desafiaba etiquetas. Pero el destino golpeó fuerte: un infarto se llevó a Pela, dejando a Marcelo con el corazón roto pero rodeado de afecto.
Hoy, Marcelo sigue adelante. Con dolor, sí. Pero también con gratitud por haber amado sin miedo. Porque el amor verdadero no siempre llega como lo imaginamos, pero cuando lo hace, merece ser vivido con todo el alma.

















