La magnitud del Coronavirus no solo se puede medir por la cantidad de personas que han sido infectadas, por aquellas que, lamentablemente, han fallecido o por los severos problemas económicos que el mundo está atravesando. Ocurre que la realidad se ha visto modificada de manera tal que nadie ha quedado exento. Dentro de ese panorama y dada la dispersión del virus en el mundo, Europa sigue los pasos de China y América los de Europa. Mirar al viejo continente para analizar qué es lo que ha sucedido, según las decisiones tomadas, es la gran ventaja que tiene el continente americano.
Francisca Molero, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología y directora del Instituto Iberoamericano de Sexología, a partir de la instauración del encierro por cuarentena en Europa también forma parte del cuerpo de Investigación de la Academia Internacional de Sexología Médica, cuyo objetivo es saber qué pasa y qué pasará con el sexo durante y después del período de aislamiento. En declaraciones al prestigioso medio ABC, de Sevilla, ha explicado que el Coronavirus ha marcado un antes y un después en la manera en que las personas tienen y tendrán sexo.
Según recalca, la “falta de tiempo” ha dejado de ser la excusa por excelencia para no tener sexo. El miedo, la incertidumbre y la preocupación por la actualidad son las principales razones de la merma en la actividad sexual. “No podemos olvidar que todo este proceso de incertidumbre, de miedo, de preocupación por la salud nos ha hecho ver que somos vulnerables y que, aunque podamos tener muchas cosas a nuestro alrededor, el resto se desdibuja cuando nos falta lo esencial”, destaca la experta.
Por otra parte, las adaptaciones que las personas han desarrollado para satisfacer su necesidad sexual son las que en un futuro modificarán la manera de relacionarse. En el caso de las parejas que no conviven juntas, la práctica de sexting ha desarrollado la solidez y la estabilidad. Además de un aumento en la cantidad de recursos a la hora de seducir y excitar a la otra persona, “Las parejas que hayan practicado sexo virtual durante el confinamiento estarán aprendiendo formas de comunicarse que añadirán un plus de experiencia y de placer en sus relaciones sexuales presenciales”
Por otro lado, el ejercicio de masturbarse para lograr placer sexual ha ayudado a que las personas puedan identificar y conocer que tipo de estímulos son les resulta más placentero. “El autoerotismo se sitúa en esa línea de querer crecer y conocer nuestro cuerpo, que además está directamente conectado con nuestras emociones, sentimientos y pensamientos”, señala la doctora.
Sin embargo y pese a que las personas han desarrollado distintas habilidades gracias a las complicaciones, el futuro no parece alentador. Según Molero, las relaciones sexuales esporádicas disminuirán en el mediano plazo. Si bien la razón fundamental de este comportamiento radica en el miedo al contagio, la imposibilidad de frecuentar bares u otros lugares de esparcimiento dificulta seriamente la posibilidad de relacionarse y conocer gente nueva. Fuente: Tiempo Sur.