La autopsia neuropatológica es una autopsia la cual tiene la finalidad de estudiar las posibles lesiones en el sistema nervioso central (SNC) ya sea de un modo primario o secundario.
Técnica de prosección
Esta se divide en dos partes: autopsia craneal (encéfalo) y autopsia raquídea (raquea y pares craneales).
Autopsia craneal. Se deberá colocar al cadáver en decúbito supino y colocar la cabeza en un soporte occipital. Se efectúa la incisión coronal, que va de apófisis mastoides a apófisis mastoides hasta llegar al periostio. Posteriormente procederemos a “denudar la calota”, este procedimiento consta en retraer ambos colgajos de piel para exponer el cráneo desnudo. En este punto se expondrán también los músculos temporales, ambos deberán disecarse para evitar que la sierra resbale por tracción.
Se procede al corte del cráneo, el cual podrá ser en forma circular o de diamante, siempre cuidando no rebasar la duramadre con la sierra. Se deberá retirar adherencias con un martillo y legra, dando pequeños golpecitos hasta liberar la calota. Una vez expuesta la duramadre, se deberá realizar un corte en ventana, separando la hoz cerebral. Una vez expuesta la materia encefálica, procedemos a retraer el encéfalo para poder cortar el quiasma óptico y el resto de los pares craneales.
Posteriormente se deberá liberar el cerebelo, este se encuentra en la tienda del cerebelo de la duramadre a la cual se le realizará un corte.
Posteriormente se podrá extraer el bulbo raquídeo, dependerá si se quiere extraer con la médula espinal completa o no si se realiza corte al mismo. En caso de realizar el corte, se deberá realizar lo más profundo posible para extraerlo. Además, se deberá extraer la hipófisis de la silla turca con pinzas y bisturí. © Criticalpath Forensics