Activo en Colombia, Ecuador y Venezuela en los años 90, Luis Garavito confesó haber violado, matado y practicado ritos satánicos con al menos 193 niños y adolescentes, la mayoría indigentes y de barrios pobres.
A pesar de su confesión, que ya le convertía en un asesino increíblemente prolífico, se sospecha que la cifra total pudo ser incluso de 300 niños.
Fue condenado tan solo a 40 años, el máximo permitido por la ley colombiana, y podrá optar a la libertad condicional en 2023. Sin duda, uno de los peores y más despiadados asesinos en serie de toda la historia.