El misterio de la Polaroid y la desaparición de Tara Calico

En la perturbadora imagen aparecen dos rehenes que están atados y amordazados en una cama.

Tara Calico era una joven brillante, centrada e independiente. Ella vivía en la pequeña ciudad de Belen, a 30 millas al sur de Albuquerque, Nuevo México. En el momento de su desaparición, ella era una estudiante de psiquiatría de segundo año en la Universidad de Nuevo México. Tenía un alto promedio de calificaciones y era un miembro productivo de la sociedad, trabajando en un banco local. Ella también era muy activa. Disfrutaba jugar al tenis con su novio y montaba su bicicleta a diario. Su padrastro la recuerda afectuosamente como un «niñito».

Su vida estaba llena de potencial, hasta que ocurrió una tragedia una tarde de septiembre de 1988. Desapareció misteriosamente durante uno de sus habituales de paseos en bicicleta. Con pocos testigos y rastros, su caso se fue por 25 años.

El 20 de septiembre de 1988, Tara Calico, de 19 años, estaba de un humor grandioso e incluso feliz mientras pedaleaba lejos de casa en una bicicleta montañera rosa, y escuchaba un casete de la banda de rock, Boston, en su Sony Walkman. Eran las 9:30 a.m., y el clima otoñal hizo que fuera una mañana perfecta para tomar aire fresco y hacer ejercicio. Ella estaba dando un paseo de unos 16 kilometros, planeando rodear las vías del tren y el campo de golf de Comunidades de Río antes de regresar a la casa de sus padres en Belen, Nuevo México. Ella se había citado con su novio para jugar tenis al mediodía, sin embargo, Tara no apareció.

Tara habló con su madre, Patty Doel, antes de salir, y en broma dijo: «Si no sabes nada de mí para el mediodía, ve a buscarme». Esa sería la ultima vez que su madre escucharía la voz de Tara. Cuando pasó el mediodía y Tara no volvió a casa, Patty se sintió un poco nerviosa, pero esperaba que su hija simplemente estuviera un poco retrasada.

Para calmar sus preocupaciones, Patty condujo por la zona. Se dirigió al sur y dio vueltas alrededor de Comunidades de Río, pero no vio señales de Tara. Sintiendo una punzada de pánico, Patty redujo la velocidad de su auto hasta casi detenerse, y se dirigió hacia las zanjas. Se le formó un nudo en la garganta cuando vio una cinta de cassette de Boston sobre la autopista.

Inmediatamente, Patty llamó a la policía y comenzó una búsqueda exhaustiva de Tara. De acuerdo con familiares y amigos, no había ninguna razón para que Tara simplemente desapareciera sin decirle a nadie. Patty sospechaba que algo malo había pasado, y pensó que su hija dejó caer la cinta de Boston deliberadamente, para dejar una pista.

El problema, sin embargo, era que Tara era legalmente adulta, y a pesar de que su familia y amigos le dijeron a las autoridades que no huiría, la policía dijo que no podían hacer nada. Todo eso cambió cuando encontraron fragmentos de un Sony Walkman roto al costado de la carretera y una bicicleta rosa arrojada a una zanja, cerca de un campamento aislado a unos 32 kilómetros de la casa de Tara.

Los detectives de Nuevo México trabajaron incansablemente en el caso e intentaron juntar pistas y pistas que podrían llevarlos a Tara. Los testigos dijeron que la vieron andar en bicicleta a unas dos millas de su casa, mientras que un camión Ford F-150 1953 la siguía de cerca. No estaban seguros de si era alguien que conocía o alguien con malas intenciones. Es probable que Tara ni siquiera haya notado el camión ya que tenia los auriculares del walkman en sus oidos.

Pasaron meses sin ningún cierre, y la policía no estaba más cerca de encontrar a Tara de lo que estaban el día que desapareció. En junio de 1989, en un caluroso día de verano en Port St. Joe, Florida, a unas 1.600 millas de distancia, una mujer que compraba en una tienda de comestibles local vio una fotografía Polaroid en el piso del estacionamiento. Curiosa, recogió la imagen y la estudió. Dos personas, una adolescente y un niño, mirando a la cámara con las manos atadas a la espalda y una cinta adhesiva cubriendo sus bocas. Ambos están acostados en una cama, que parece estar en la parte trasera de una furgoneta o un autobús, pero el fondo oscuro dificultaba que la policía identificara exactamente dónde se había tomado.

Los testigos dijeron que una camioneta Toyota blanca había estado estacionada en el área donde se encontró la foto, pero el conductor nunca fue localizado. Fue descrito como un hombre blanco con bigote, que parecía tener más de 30 años.

La chica adolescente en la foto se parecía tanto a Tara que Patty estaba convencida de que era su hija. El cabello, los ojos y la tez de la piel coincidían, y la chica de la foto tenía una decoloración en la piel en la pierna derecha en el lugar exacto en que Tara tenía una cicatriz. Había una copia del libro de VC Andrews ‘My Sweet Audrina’ sobre la cama al lado de la chica. Según Patty, Andrews era el autor favorito de Tara.

De acuerdo con Joel Nugent, el alguacil del condado de Gulf que trabajó en el caso de Florida, ambos niños parecían estar aterrorizados. Aunque el cantante Marilyn Manson dijo una vez que solía tirar fotos similares en áreas públicas en Florida como una broma, Nugent sintió que esta imagen en particular era real. Él dijo: «Obviamente son dos niños con el terror escrito en ellos. Es un mal momento cuando tienes que ver algo así … Nadie sabe con certeza si [la imagen] es un fake. Algunas personas piensan que es un montaje, pero me resulta aterradora».

Según Scotland Yard, la fotografía es legitima y efectivamente se trata de Tara Calico. El FBI no pudo identificar positivamente a la mujer o al niño en la Polaroid.

El 20 de septiembre de 1989, un año después de su desaparición, Unsolved Mysteries emitió un episodio sobre Tara. Fue precedido por un episodio de julio de 1989 sobre su desaparición en A Current Affair. El caso también fue presentado en America’s Most Wanted y en 48 Hours, y aunque los shows trajeron una afluencia de sugerencias y pistas, el caso nunca fue resuelto.

Mientras tanto, en el condado de Valencia, Nuevo México, el sheriff Renee Rivera indicó en 2008 que sabía exactamente lo que le sucedió a Tara. El problema es que nunca se ha encontrado el cuerpo de Tara, lo que hace difícil arrestar a las personas involucradas o a las que consideraba responsables.

Rivera dijo: «Las personas que le hicieron daño a Tara, sabían quién era ella. Sabían quién era y todos son individuos locales. Y creo que los padres [de los atacantes] fueron algunas de las personas que ayudaron a esconder la verdad yu ocultar el cuerpo»

Aunque nunca dio los nombres de los sospechosos, Rivera dijo que dos hombres locales, adolescentes en ese momento, estaban involucrados en la desaparición de Tara, y varios de sus familiares y amigos ayudaron a encubrir el crimen. «Sabes que es muy frustrante, porque hay muchas personas que saben lo que sucedió», dijo. «Ellos conocen el paradero del cuerpo o los restos …. Creo que el cuerpo está cerca».

Las personas en la fotografía siguen siendo un misterio. Aunque los investigadores del Departamento de Policía de Scotland Yard (Londres) lo analizaron y determinaron que la adolescente en la foto era de hecho Tara, los detectives del condado de Valencia también lo analizaron y no estuvieron de acuerdo. Dijeron que no podían confirmar absolutamente la identidad de ninguna persona en la imagen.

Aunado a esto, numerosos informantes le contaron a Rivera que Tara nunca se alejó mucho de su hogar antes de que los niños, ahora hombres, accidentalmente la golpearan con su camión. En lugar de ir a las autoridades, Rivera cree que enterraron su cuerpo, con la ayuda de amigos y familiares.

«Ella era verdaderamente una niña muy bonita. Era muy atlética, y muchos hombres querían hablar con ella, querían conocerla, querían salir con ella. Y mientras montaba en la bicicleta, se acercaron para tratar de hablar con ella, tratar de agarrarla, lo que sea, mientras ella estaba en la bicicleta».

Tristemente, Patty Doel falleció en 2006, sin saber qué le sucedió a su hija. El padre de Tara había fallecido en 2002. Sus parientes vivos, sin embargo, no han perdido la esperanza. Gracias a Internet, miles de personas en todo los EE.UU también están involucradas en la lucha para encontrar a Tara. Numerosos sitios y grupos de redes sociales están actualmente activos, y todos sus miembros están interesados ​​en encontrar no solo a Tara, sino también al niño en la foto.

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El niño en la foto parecía tener entre 9 y 11 años, más o menos. Tenía el cabello corto y castaño, un bronceado de verano, y llevaba una camisa azul claro. Durante muchos años, los investigadores consideraron que podría ser Michael Henley, un niño de nueve años que desapareció en abril de 1988, después de que se alejó del campamento de su familia en Zunis Mountain, Nuevo México.

Pero en 1990, los detectives encontraron los restos de Michael a pocos kilómetros del área donde la familia acampó cuando desapareció. Indicaron que probablemente falleció después de una exposición prolongada al sol sin comida ni agua. No se sospecha de juego sucio.

La identidad del niño sigue siendo un misterio. En 2009, la policía de Port St. Joe recibió una carta con una imagen de un niño adjunto, con marcas negras dibujadas sobre su boca. El chico de la nueva foto se parecía mucho al chico de la foto Polaroid de 1989. Unos meses más tarde, alguien le envió por correo a la policía la imagen original del niño, pero aun así, los detectives no pudieron determinar quién era o quién envió las fotos. Los sobres tenían el sello postal de Albuquerque. Sin embargo, sin dirección de retorno y sin pistas adicionales, las autoridades quedaron perplejas.

El caso sigue abierto para Tara, así como para el chico no identificado.