Científicos han desarrollado sistemas capaces de registrar y reconstruir lo que soñamos usando neuroimagen y algoritmos de IA.
En Japón, un equipo empleó fMRI mientras dormían participantes, entrenando inteligencia artificial para mapear patrones visuales oníricos.
Comunidad Biológica explica que, los resultados lograron clasificar objetos simples vistos en sueños, como personas, sillas o llaves, aunque sin detalles nítidos.
Otras investigaciones apuntan al uso de EEG combinado con redes neuronales para generar imágenes aproximadas de contenido soñados.
Un estudio reciente, DreamDiffusion, convierte señales EEG en imágenes usando modelos GAN y técnicas de aprendizaje contrastivo.
Estos métodos están lejos de grabar sueños completos, pero muestran que es posible traducir actividad cerebral a representaciones visuales.
El desarrollo de una “fotoencefalografía onírica” podría usarse para entender procesos del subconsciente, creatividad o diagnósticos neurológicos.
Sin embargo, quedan desafíos técnicos: precisión limitada, alta variabilidad entre personas y necesidad de grandes datos de entrenamiento.
Aunque en etapa experimental, estos avances anticipan un futuro donde capturar nuestros sueños ya no será solo una fantasía.


















