Un chupetón en el cuello puede parecer inofensivo, pero en raros casos ha provocado coágulos y accidentes cerebrovasculares.
En 2016, un joven de 17 años en México falleció tras un chupetón que generó un coágulo y embolia cerebral.
Comunidad Biológica explica que, el hematoma comprime vasos sanguíneos y, en casos extremos, puede lesionar arterias, favoreciendo la formación de trombos peligrosos.
Si el coágulo viaja al cerebro, puede bloquear el flujo sanguíneo y causar un accidente cerebrovascular isquémico.
Otro caso documentado ocurrió en Nueva Zelanda, donde una mujer sufrió parálisis tras un chupetón en la arteria carótida.
Los médicos identificaron una isquemia cerebral causada por una lesión en la pared del vaso y formación de trombo.
Aunque extremadamente raros, estos eventos muestran que la succión intensa en zonas vasculares puede ser riesgosa, especialmente en personas predispuestas.
Síntomas como debilidad repentina, dificultad para hablar o convulsiones tras un chupetón deben ser atendidos de inmediato.
La ciencia lo confirma: el amor también puede dejar huellas peligrosas si no se ejerce con cuidado.