Aquel mito griego que relata la historia de Narciso, despierta cierto rechazo debido a la vanidad del joven, quien murió ahogado por contemplar su bello reflejo en un lago.
No obstante, sirvió de inspiración para nombrar aquellos rasgos narcisistas que todos poseemos. Cuando estas características adquieren un matiz patológico, pueden devenir en un trastorno narcisista de la personalidad.
¿Qué es el trastorno narcisista de la personalidad?
Un trastorno de la personalidad se caracteriza por ser un patrón de formas de percibir, pensar, comportarse, relacionarse con otros y con uno mismo (autoconcepto).
Estos rasgos se alejan acusadamente de lo esperado por la sociedad, por lo cual, si bien la persona puede sentir que no tiene ningún problema, quienes le rodean reconocen que algo anda mal.
En este sentido, quien posee un trastorno de personalidad usualmente no asiste a terapia, a menos que presente algún problema secundario: peleas con su familia o amigos, dificultades para adaptarse al trabajo o a las normas sociales, adicciones, comportamientos delictivos, etc.
Para poder diagnosticar cualquier trastorno de personalidad, es importante que estos rasgos se presenten en cualquier momento, es decir, su evocación no puede verse supeditada por agentes externos, como alcohol, drogas, una enfermedad mental o física, ni una situación social determinada.
En el caso del trastorno narcisista, el paciente se caracteriza por poseer los siguientes rasgos:
Sentimientos de grandiosidad: la persona sobrevalora sus habilidades y conocimientos, a la vez que menosprecia las capacidades de quienes le rodean.
Necesidad de admiración: es una persona que busca constantemente que le halaguen, le hagan un cumplido y reconozcan sus talentos. Para conseguir esto, pueden mostrarse como personas amables, humildes y altruistas, de esta forma consiguen la atención y el reconocimiento de otros.
Falta de empatía: estos pacientes no sienten remordimiento ni simpatía por otros. Para ellos, las demás personas son un medio o un instrumento para cumplir sus fines, que son, en gran medida, la admiración propia.
Síntomas del trastorno narcisista
Dicho lo anterior y siguiendo los criterios diagnósticos del DSM, podemos listar los síntomas del trastorno narcisista de la personalidad:
Sentido grandioso de autoimportancia.
Preocupación por fantasías de éxito o poder ilimitado.
Creencia de ser especial, por lo cual, necesita de un trato especial, únicamente de parte de personas con talento, poderosas e inteligentes.
Demanda de admiración excesiva.
Posee un sentido de utilidad de quienes le rodean, en esto sentido, toma sus relacionas interpersonales como medios para alcanzar sus metas.
Ausencia de empatía.
Creencias de que otros le envidian.
¿Cómo identificar a una persona con trastorno narcisista?
Todos poseemos rasgos narcisistas integrados a nuestra personalidad, no obstante, cuando estos son extremos y ocasionan problemas en las relaciones que mantenemos con allegados, es factible considerar un trastorno narcisista de la personalidad.
Por lo general, estas personas poseen un sentido muy elevado de autoimportancia, se creen superiores, especiales o únicos, lo cual les lleva a dar la impresión de ser jactanciosos y presuntuosos. En este sentido, se sorprenden y molestan cuando no reciben las adulaciones que creen merecer.
Este tipo de pacientes sienten que deben relacionarse únicamente con personas talentosas y perfectas como ellos, como consecuencia, consideran que “la gente corriente” no comprende sus deseos ni necesidades.
A donde vayan, buscan hablar con el más capaz del recinto, aquel que tiene más títulos académicos, más dinero o poder, lo cual les trae problemas cuando deben asistir a instituciones públicas, como los hospitales.
Aunque pueda sonar increíble, las personas con trastorno narcisista poseen una autoestima muy frágil. Lo demuestran a través de la preocupación por hacer las cosas bien, y que sean reconocidos por ello.
La necesidad de atención solo es una cortina que encubre su verdadera condición: una autoestima baja que se defiende con un gran ego.
Este tipo de personas posee una escasa empatía, lo cual les lleva a menospreciar a otros, sin ser conscientes de que hacen daño. Mantienen relaciones de amistad o amor únicamente con personas dispuestas a idolatrarlos.
Causas y tratamientos
La causa del trastorno narcisista es desconocida. Algunos psicólogos atribuyen su aparición a una crianza absorbente, con padres exigentes, disciplinados, que esperan mucho éxito de sus hijos, recalcan con frecuencia sus habilidades, explotan sus talentos y les hacen creer que los demás no son tan buenos como ellos.
No obstante, estos niños reciben un mensaje distorsionado, y condicionan su autoestima a las adulaciones que pueden recibir de los demás.
Por otro lado, este trastorno también puede verse facilitado por una crianza insensible, con poco cariño, denigrante y escasa de recompensas; como mecanismo de defensa, el niño desarrolla una personalidad megalómana que encubre sus sentimientos de inferioridad.
Este tipo se personas no buscan ayuda psicológica porque no reconocen que tienen un problema. Pueden asistir a terapia por otro motivos, sea problemas con la pareja, en el trabajo, o con adicciones, y mediante una exploración profunda, es posible detectar los rasgos del trastorno narcisista de la personalidad.
Si bien cualquier clase de terapia puede ayudar a estos pacientes, la más eficaz es la cognitivo conductual, especialmente porque el terapeuta se centra en modificar los pensamientos y conductas de la persona afectada. Fuente: Psicopedia.org