Ramón Ignacio «Ramoncito» González, fue un chico de 12 años oriundo de la ciudad de Mercedes, Corrientes, Argentina que vendía estampas en la calle y dormía sobre cartones, su madre trabajaba como prostituta en la terminal de ómnibus de la ciudad, gracias a su trabajo podía pagar los estudios de su hijo.
El día 5 de octubre de 2006, Ramoncito fue al colegio y no regreso, su familia reportó su desaparición y dos días después su cuerpo degollado fue encontrado en un baldío de la ciudad. Las autopsias revelaron que el chico fue violado, empalado, decapitado, le cortaron el pene, lo quemaron con cigarrillos, le quitaron varias vértebras, le absorbieron la sangre y su cabeza fue despellejada.
Gracias a las declaraciones de una chica de 14 años que fue obligada a ver el asesinato fue que se lograría dar luz al caso, la chica declaró que Ramoncito fue asesinado por un grupo de 9 personas, ese grupo era un secta satánica que realizó sobre el niño un ritual Kimbanda (rito afrobrasileño) como ofrenda a sus dioses. Con el paso del tiempo 7 de los 9 integrantes de la secta fueron capturados y condenados a cadena perpetua, sin embargo uno de los miembros llamado Daniel Alegre estuvo prófugo desde 2007 a 2011 y fue encontrado en Unquillo, Córdoba donde trabajaba como inspector de tránsito.
Una integrante llamada Patricia López quien era una enfermera que trabajaba en el hospital de la ciudad había dopado al niño para que no resista, fue absuelta en el primer juicio oral, pero más tarde su sentencia fue revertida y condenada a perpetua en septiembre del 2011 pero con un espacio de tiempo hasta su pedido de captura en mayo del 2012, tiempo que López aprovecho para huir de la ciudad. Estuvo prófuga 7 años y finalmente fue encontrada en González Catán, provincia de Buenos Aires en septiembre del 2019 y condenada a cadena perpetua.