Los asesinatos de Peterborough fueron una serie de crímenes cometidos en Cambridgeshire, Inglaterra en marzo de 2013. Las tres víctimas eran hombre y murieron por heridas de arma blanca.
Sus cuerpos fueron descubiertos en zanjas a las afueras de la ciudad. Luego en Hereford, otros dos hombres fueron apuñalados, pero sobrevivieron.
La perpetradora de estos crímenes fue Joanne Christine Dennehy, una mujer de Cambridgeshire, que luego fue sentenciada a cadena perpetua.
Joanna Dennehy creció en Harpenden, una pequeña ciudad en Hertfordshire. La privada donde creció es sin duda tranquila y cómoda, aunque un poco sombría. Joanna tenía una hermana y sus padres trabajaban duro para mantenerlas. Según María (su hermana) su infancia fue completamente normal y libre de abusos.
Sin embargo, los problemas comenzaron durante la adolescencia de Dennehy. A los 13 años escapó de su casa brevemente con un joven que según el testimonio de su hermana era mucho mayor que ella. Luego comenzó a robarle a sus padres y huyó un par de veces más, para finalmente irse permanentemente a los 16 años con un hombre cinco años mayor que ella, llamado John Treanor.
Treanor y Dennehy se trasladaron a Luton, luego a Milton Keynes y luego a Wisbech en Cambridgeshire. Tuvo dos hijos antes de los 21 años. Era violenta con Treanor, lo golpeaba y pateaba cuando estaba borracha. Se iba de la casa por días enteros, sin explicación alguna. Se acostaba con otras personas y en repetidas ocaciones se hacía daño a ella misma.
Treanor se marchó en 2009 después de que Dennehy lo amenazó con una daga de 15 centímetros. Se trasladó al norte y se llevó a sus dos hijos con él. Dennehy vagó de localidad en localidad en Cambridgeshire y East Anglia. En 2012, un año antes de los asesinatos, recibió una sentencia suspendida de 12 meses por agresión. El mismo año también pasó unos días en el hospital de la ciudad de Peterborough, donde la diagnosticaron con un trastorno de personalidad antisocial.
Después de dejar el hospital, Dennehy se puso en contacto con Quicklet, una pequeña agencia inmobiliaria en Peterborough, donde encontró una habitación para mudarse. El copropietario de Quicklet, Kevin Lee, pronto le consiguió trabajos ocasionales y le pidió que la ayudara a desalojar inquilinos, lo que le dio acceso a varias casas del vecindario. Su primer asesinato ocurrió en Welland, en el extremo norte de Peterborough, en una de estas casas. Dennehy conoció al empleado de almacén polaco Lukasz Slaboszewski en el centro de la ciudad. Él les contó a sus amigos sobre su “novia inglesa”. El 19 de marzo de 2013, Dennehy le envió un mensaje de texto y le pidió que se vieran en el domicilio de Welland. Cuando llegó, ella lo apuñaló hasta matarlo cuando apenas había atravesado la puerta principal; le hundió un cuchillo en el corazón.
Evidentemente, el asesinato no la perturbó. En absoluto. De hecho, le mostró el cadáver de Slaboszewski que había metido en un bote de basura a una niña de 14 años del vecindario.
Diez días después, Dennehy volvió a matar. Apuñaló a su jefe y casero, Kevin Lee, en la misma casa en Welland. El hombre de 48 años había iniciado un romance con Dennehy después de haberla contratado. Antes de morir, supuestamente le informó a un amigo que ella había expresado el deseo de “ponerme un vestido y violarme”.
Más tarde ese día, Dennehy cometió su tercer asesinato. Sucedió en la vivienda compartida donde se alojaba en el lado sur de Peterborough, una zona aislada llamada Orton Goldhay. Aquí atacó a John Chapman, un ex marino de 56 años que vivía en el primer piso del edificio. Lo apuñaló seis veces.
Después, Dennehy llamó a Gary “Stretch” Richards que conoció gracias a su trabajo para Kevin Lee y le dijo: “Ups, lo hice de nuevo”. Extrañamente, Stretch y otro hombre, Leslie Layton, que vivían en la vivienda de Orton Goldhay con Dennehy, no fueron a la policía. Layton, de hecho, les mintió a las autoridades, y Stretch la ayudó a deshacerse de los tres cuerpos en las zanjas de algunas granjas cercanas.
Dennehy y Stretch, que ahora actuaba como su chofer, se dieron a la fuga. Dennehy le dijo a Stretch que quería matar de nuevo: “Quiero divertirme… necesito divertirme”, le dijo supuestamente. En Hereford, Stretch detuvo el coche para permitir que Dennehy bajara y apuñalara repetidamente a dos hombres al azar: Robin Bereza, de 64 años, y John Rogers, de 56 años. Ambos sobrevivieron a los ataques con cuchillo.
La policía capturó a Dennehy y Stretch un par de días más tarde, y en febrero de 2014, Stretch fue hallado culpable de ayudar a Dennehy en los dos intentos de asesinato, mientras que a Leslie Layton le imputaron el delito de desviar el curso de la justicia. Dennehy fue condenada a cadena perpetua por los tres homicidios y los dos intentos de asesinato.
Actualmente Dennehy es una de las únicas dos mujeres que viven en Reino Unido que morirán en prisión.
El juez le dijo a Dennehy que tenía un “deseo sádico de sangre”. Si los asesinatos no eran una prueba suficiente de esto, lo que Dennehy dijo más tarde a un psicólogo de la prisión ciertamente lo fue: “Maté para ver cómo me iba a sentir, para ver si era tan fría como pensé que era. Luego se volvió adictivo”.
Elie Godsi, un psicólogo clínico, está convencido de que ella sufrió algún tipo de abuso terrible probablemente sexual relativamente temprano en su vida. “Es una joven extremadamente perturbada, que sin duda le ocurrió algo horrible en su pasado. Apostaría mi hipoteca a que es cierto”.
“Es violenta y sexualmente violenta. Eso no sucede de la nada. No tengo ni idea de si ocurrió en su familia o no, o si era una niña o una adolescente, pero las mujeres no terminan así sin una historia detrás”, añade. “Las víctimas se convierten en perpetradoras porque sentirse poderoso y en control es el antídoto para la impotencia y la sumisión. Normalmente, las mujeres sienten su angustia, mientras que los hombres actúan como consecuencia de su angustia, pero no en este caso”.
La doctora Elizabeth Yardley no está tan segura. “He conocido a psicópatas que han sufrido abusos o abandonos terribles cuando eran niños y que han entrado en un estado parecido a un robot para sobrevivir”, explica. “Pero he conocido a otros que tuvieron una crianza normal, que socializaron de una manera aparentemente normal, y que aún así hicieron cosas horribles sin remordimiento”.
El 28 de febrero de 2014, en Old Bailey , Dennehy fue sentenciado a cadena perpetua. El juez de primera instancia, el Sr. Juez Spencer, recomendó que nunca debería ser puesta en libertad debido a la premeditación de cada asesinato. Spencer dijo además que Dennehy era sadomasoquista y carecía del rango normal de emociones humanas.