l sur de la Ciudad de México, en las entrañas de un barrio que conserva su gusto colonial, una docena de restos momificados descansan debajo de la Iglesia Del Carmen. Después de haber fallecido como hermanas de claustro, sus compañeras de la orden carmelita decidieron embalsamarlas bajo un procedimiento poco conocido en la Ciudad de México. A más de un siglo de haber recibido sagrada sepultura, a estas monjas se les conoce como las momias de San Ángel.
Décadas más tarde, durante la Revolución Méxicana, un escuadrón de soldados zapatistas tomó control de ese mismo templo. De acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), “encontraron accidentalmente a las momias mientras levantaban el piso buscando tesoros escondidos”. Nunca se imaginaron que, en lugar de oro y riquezas, se encontrarían con varios cuerpos momificados, prácticamente intactos, que aún vestían sus atuendos religiosos.
l sur de la Ciudad de México, en las entrañas de un barrio que conserva su gusto colonial, una docena de restos momificados descansan debajo de la Iglesia Del Carmen. Después de haber fallecido como hermanas de claustro, sus compañeras de la orden carmelita decidieron embalsamarlas bajo un procedimiento poco conocido en la Ciudad de México. A más de un siglo de haber recibido sagrada sepultura, a estas monjas se les conoce como las momias de San Ángel.
Décadas más tarde, durante la Revolución Méxicana, un escuadrón de soldados zapatistas tomó control de ese mismo templo. De acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), “encontraron accidentalmente a las momias mientras levantaban el piso buscando tesoros escondidos”. Nunca se imaginaron que, en lugar de oro y riquezas, se encontrarían con varios cuerpos momificados, prácticamente intactos, que aún vestían sus atuendos religiosos.
Después de una larga tradición de monjas de clausura, que se quedaban a vivir como reclusas al interior del convento, sería raro pensar en que alguna de ellas resultara embarazada. Más aún por los votos de pobreza y castidad que la orden carmelita les imponía a sus ministros religiosos.
Si de por sí es extraño pensar en que en la Ciudad de México hubiera momias, resulta aún más tétrico pensar en que, las que existen, fueron monjas —y que una de ellas murió con su bebé en brazos. Junto a los restos momificados de otras 11 mujeres, se aprecia la cripta de una monja —con su sotana habitual— al lado de un bebé pequeño, que también fue embalsamado con la misma técnica.
¿Cuántas momias hay en el Museo Del Carmen?
Las momias de San Ángel se popularizaron en la década de los 30, después de que salieran a la luz una serie de postales con fotografías de los restos. Nunca antes se había visto el contenido de las criptas en el actual Museo del Carmen, por lo que los esqueletos vestidos con los hábitos típicos de la orden carmelita causaron furor entre los capitalinos.
“Los doce cuerpos momificados de El Carmen, las famosas momias, son uno de los acervos más emblemáticos de este museo por su rareza”, documenta el INAH en el portal oficial de su Mediateca.
La institución considera a estos restos como parte del patrimonio antropológico físico del recinto, según lo describe en su portal oficial. A partir de que salieron a la luz, en 1928, estos restos fueron inspiración para múltiples guiones televisivos y cinematográficos en el siglo XX. En la actualidad, es posible visitar las criptas, ya que la antigua Iglesia Del Carmen se convirtió en un museo abierto al público. © Muy interesante.