Elisabeth Fritzl, la austríaca que fue secuestrada durante 24 años y abusada por su padre, con el que engendró siete hijos, aseguró que pensaba escaparse de su hogar poco antes de ser encerrada por su progenitor en el sótano.
Había unas cuantas puertas que atravesar para poder llegar al sótano
Otra de las cosas en las que pensó Josef Fritzl cuando construyó aquel sótano fue asegurarse de que nadie entrara o saliera de allí sin su permiso. Solo había dos maneras de entrar al sótano: una puerta metálica reforzada con cemento que solo se podía abrir con un mando a distancia y una pesada puerta con bisagras.
La mamá de Elisabeth Fritzl estaba preocupada por la seguridad de su hija
Más adelante, fueron surgiendo cantidad de preguntas sobre cómo quedó atrapada Elisabeth Fritzl 24 años en el sótano de Josef sin que nadie se diera cuenta. Pero resulta que alguien sí se dio cuenta, porque su madre presentó un informe de las personas desaparecidas cuando no podía encontrar a Elisabeth. Rosemarie no tenía ni idea de que solo estaba a unos pocos metros de su hija y nada ayudó a que se enterara el hecho de que Josef interpretara el papel de padre preocupado a la perfección.
Llegó rápidamente una carta de Elisabeth por correo
Parecía casi demasiado perfecto cuando llegó por correo una carta de Elisabeth de la nada. En la carta admitía que ya se había cansado de su vida en familia y que había decidido huir. Lo que nadie sabía es que Josef obligó a su hija a escribir esta carta, lo que hizo más creíble la coartada de que Elisabeth ya había intentado hacer esto en el pasado.
Josef Fritzl estuvo trabajando en su plan que supuso tener a su hija 24 años en el sótano
Una de las cosas más siniestras de la nueva prisión de Elisabeth Fritzl es que el plan se había estado gestando durante muchos años. Todo eso empezó en la década de 1970, que fue cuando él pidió un permiso para empezar a trabajar en el sótano y cuando recibió el permiso oficial de las personas de la ciudad encargadas de esos menesteres.
Todo fue cuidadosamente planeado para no levantar sospechas
Por si fuera poco, Josef Fritzl recibió incluso una subvención de un par de miles de euros para poder construir aquella bodega. Una de las cosas que muchos querían saber era cómo consiguió Josef salirse con la suya sin levantar sospechas de nadie. Es sencillo, porque anteriormente había trabajado como ingeniero eléctrico.
Cuando se despertó, se encontró rodeada nada más que de oscuridad
Resulta que Elisabeth jamás tuvo la oportunidad de salir de aquél sótano, no después de que Josef le tapara la cara con un paño húmedo. El paño llevaba algo que hizo que la joven de 18 años se desmayara. Esa fue la última vez en que Elisabeth tuvo la oportunidad de ver el mundo exterior, pues lo siguiente que supo fue que se había despertado en el sótano rodeada solo de oscuridad.
Incesto
Josef negó haber abusado sexualmente de la mujer desde que era preadolescente y sólo tenía 11 años, según informó ayer el semanario News, que citó declaraciones de Fritzl a su abogado defensor, Rudolf Mayer.
«No abuso de pequeños». «No es cierto, no soy un hombre que abusa sexualmente de niños pequeños», dijo Fritzl a su abogado.
Fritzl admitió haber proyectado el secuestro de su hija dos o tres años antes y dijo que se volvió adicto al incesto con su hija, y que la había encerrado en un sótano para salvarla del mundo exterior.
«Mi instinto por tener sexo con Elisabeth se volvió cada vez más fuerte», dijo Fritzl.
«Sabía que Elisabeth no quería que hiciera lo que le hice. Sabía que la estaba lastimando. Era como una adicción. En realidad, quería hijos con ella», agregó. l (Reuters, DPA y Télam)
Círculo vicioso
«Fue un círculo vicioso, del cual no había vía de escape ni para Elisabeth ni para mí: con cada semana en la que tenía prisionera a mi hija, mi situación se volvía más pesada, y realmente pensé varias veces en dejarla en libertad», dijo Josef. Y aseguró que el deseo de tener relaciones sexuales con su hija «era como una manía».
Elisabeth Fritzl ha tenido protección desde que la liberaron de su cautiverio 24 años en el sótano
Elisabeth Fritzl ha tenido protección desde que la liberaron de su cautiverio 24 años en el sótano
Elisabeth solo se quedó para ver cómo llevaban a su padre ante la justicia, eso antes de llevarse a sus hijos y de empezar a vivir con una identidad nueva en un pueblo desconocido. Poco se sabe ahora sobre lo que le ha ocurrido durante los últimos años, pero se dice que Elisabeth vive con cámaras y con seguridad las 24 horas.
Sin embargo, ninguno de ellos han querido conceder entrevistas y quieren mantener sus vidas en privado, alejadas de los medios de comunicación. El gobierno también ha intentado mantener la mayor cantidad de detalles posibles lejos del mundo, ayudando a Elisabeth a llevar una vida normal, alejada de las indiscretas del resto del mundo. Algo que ha surgido de todo esto es cómo el legado de Elisabeth nunca será olvidado, después de que, de alguna manera, sobreviviera 24 años en el sótano. ©La Capital / lifestyle1st.com