Consiste en sentir placer sexual hacia una parte concreta del cuerpo, a excepción de los genitales. Es parecida al fetichismo, pero el matiz entre estas dos parafilias es el hecho de que en una el objeto de placer es inanimado, mientras que en el parcialismo se siente placer sexual por algo que está en el cuerpo de una persona viva.
El parcialismo es bastante común y puede manifestarse de múltiples formas en función de cuál sea la parte por la que se sienta placer: podofilia (pies), oculofilia (ojos), maschalagnia (axilas), nasofilia (nariz), alvinofilia (ombligo)
La obsesión es tan fuerte que llegan hasta a diseñar patrones de comportamiento (sexual) en el que la fuente principal del placer, no se encuentra en las relaciones sexuales o en llegar al coito, sino en otra cosa o actividad que lo acompaña y que incluye esa zona favorita.
Dentro del parcialismo, existen muchas clasificaciones. Puede ser cualquier parte del cuerpo, (excepto los genitales) la que provoque esas olas de placer desmedido. La más común es la podofilia; es decir excitarse con los pies. Pero hay otras menos conocidas como la maschalagnia, adoración por las axilas, la nasofilia, por las narices; la tricofilia, por el cabello y la pygofilia, por las nalgas.
Para los parcialistas, las demás partes del cuerpo no poseen significación erótica y están sobrevaloradas.