El albinismo es un fenómeno que pasa casi desapercibido en cualquier parte del mundo. En todas menos en África. Porque ser un ‘negro-blanco’ allí es una condena de por vida. Víctimas de la más macabra de las supersticiones, los albinos africanos se ven avocados al maltrato, la marginación, la persecución y la muerte. Mientras en Europa y América solo una de cada 20.000 personas son albinas…en África son más comunes, la proporción se multiplica y se da un caso por cada 4.000.
En el continente Africano, sobre todo en países como Tanzania y Burundi, son objeto de auténticas cacerías humanas.
La razón hay que buscarla en las arraigadas creencias y la brujería, timones de las sociedades africanas. Una de esas tradiciones se basa en la convicción de que la sangre de un albino proporcionará riqueza a quien la beba.
Además, sus extremidades, su piel, su lengua y su cabello son piezas codiciadas por los hechiceros para elaborar sus rituales y por los traficantes, que tasan su valor en miles de dólares.
Es en Tanzania donde se registra una mayor concentración de población albina y donde, desde hace varias décadas, se han producido con más asiduidad estos siniestros episodios. La proliferación de ataques es un hecho que se escapa al control del gobierno del país.
Sin embargo, se dice que parte de la clientela de este entramado criminal es la propia policía. Fuente: Ren Terror RT