Hace mucho tiempo en el cementerio general de Guayaquil se descubrió que un hombre se metía por las noches a profanar las tumbas de los difuntos recién enterrados para quitarles joyas y cosas de alto valor para luego venderlas a los comerciantes, pero también se dice que este hombre violaba a los cadáveres que encontraba en sus cajas mortuorias, conseguía hacer sus actos gracias a que trabajaba como sepulturero, a este hombre lo llamaron “el come muertos”.
Un día el come muertos se dio cuenta de que ganaría mucho dinero al ver el vestido de novia que llevaba una mujer joven, por los comentarios del gentío se enteró que el vestido fue importado de Francia, además era una mujer muy bella, y con joyas preciosas en su cuerpo, esto lo llenó de impaciencia al come muertos. Al llegar la noche se dirigió a la tumba donde había enterrado la difunta con el vestido de novias, sacó su lápida de cemento y también la caja mortuoria, se detuvo y dijo:
“Con este collar de perla, ganaré mucho dinero, nadie más tiene que verlas , ya presiento un mal Agüero. Antes de salir corriendo, debo darme diversión, ya que nadie me está viendo me darás satisfacción”
Al siguiente día la madre de la difunta novia alcanzó a ver el vestido de su hija en una tienda de ropa, ella se sorprendió ya que ese vestido era exclusivo para su hija, entonces el dueño de la tienda le confesó todo. Una noche la policía encontró al come muertos en medio de un acto sexual con un cadáver y lo encarcelaron. Se dice que ahora el fantasma del come muertos vaga en las noche por el cementerio general de Guayaquil.