(Por Pedro Fernández Mouján).- El ciclo “El hotel es un cuerpo”, inspirado en las crónicas del libro “Reunión: Cuatro Legendarias en el Hotel Gondolín”, “refugio” del barrio de Palermo que operó como testimonio y memoria del mundo travesti trans en la ciudad de Buenos Aires, comienza a concluir con el estreno de “Reina en el Gondo”, unipersonal a cargo de la actriz Maiamar Abrodos con dramaturgia y dirección de Natalia Villamil.
El ciclo, que apunta la visibilización de la identidad travesti trans y que ofrece un formato común de producción y enfoque estuvo integrado por “Divina”, con Daniela Ruiz y dramaturgia y dirección de Ana María Bovo; y “Lorena”, protagonizado por Payuca, con libro de De Felicitas Kamien y Federico Liss y dirigida por Kamien, que se vieron en la sala Luisa Vehil del Cervantes desde el 2 de junio.
La semana pasada estrenó “Reina”, con funciones de jueves a domingos a las 18 hasta el próximo domingo 17 de septiembre.
“Reina”, al igual que “Divina” está mucho más centrado en un relato de carácter testimonial con rasgos biográficos, mientras que “Lorena” propuso más claramente el juego de la ficción, con el ancla en el Gondolín pero afirmado en el tabú de la travesti que se enamora, para una historia algo alocada con reminiscencias del pop “raro” y enloquecido de los 80.
El monólogo de Maiamar Abrodos, propone, en cambio, una reflexión, acaso un transcurso, narrado al público, en una media voz muy íntima y muy lograda, en la que la actriz relata un acontecimiento particular de su vida una madrugada en el Gondolín, que le permite ir para atrás y para adelante.
El texto y la actuación no desconocen cierta tristeza profunda, algo situado en el desencanto, una suerte de “promesa incumplida” que se arrastra y permanece en el presente aun con el paso de años y años y no oculta tampoco, sino que expone, las marcas de un cuerpo atravesado por más de una inclemencia, en una actriz de 58 años.
Situado en el “Gondo”, como también llamaban a este mítico hotel trans de Palermo, a diferencia de las dos obras anteriores, esta transcurre en su patio y no en el interior, donde Abrodos comienza un relato algo jocosamente y cotidiano para internarse luego en situaciones mucho más complejas, vinculadas a la prostitución, la vejez y el cuerpo.
Foto Gentileza: Agencia Télam
El final del relato pone en primer plano un acontecimiento central de la infancia-adolescencia, algo así como el punto cero en que aparece y se manifiesta la decisión trans ante la visión del padre, en otro patio, de otra provincia, de otra época.
La unión de esos puntos, bellamente hilvanados a través de un relato que maneja con precisión de orfebre las entonaciones, los volúmenes y las temperaturas, es posible a través del delgadísimo hilo sobre el que se columpia, siempre con posibilidad de estrellarse, el relato de “Reina”, de profundas resonancias personales, una suerte de vida “vivida” y no “inventada”, aunque quizás esas diferencias no existan o sean mucho más sutiles de lo que las categorías analíticas proponen.
La actuación de Abrodos, que trabajó en decenas de puestas teatrales, “El avaro” de Moliere con dirección de Juan Carlos Gené en el Teatro San Martín, y “Feizbuk freaks” de José María Muscari, entre más, es docente de la EMAD y vestuarista, es conmovedora, disonante en un punto por su capacidad de exposición e intimidad, y apabullantemente “verdadera”.
El ciclo que concluye con “Reina” tiene más de un punto a favor; de un lado la visibilización, discusión, exposición del mundo y sentires del mundo trans travesti argentino, expresado en historias más biográficas o más ficticias pero que todas combinan elementos de ambas.
Se trata de naturalizar una presencia y un modo de vivir el género, algo que a futuro quedará como recuerdos del pasado pero hoy se encuentra en plena ruptura, acaso superando su etapa más crítica, en un proceso histórico que en el caso travesti trans se hizo sobre el cuerpo, muchas veces roto, muchas veces mutilado, muchas veces muerto y muchas veces roto, mutilado y muerto de las propias protagonistas.
En una entrevista para esta agencia y hablando de su actuación en “Lorena”, Payuca dijo: “Si me quieren para hacer personajes trans está buenísimo porque quiero trabajar y ser actriz, pero capaz que el próximo personaje que me den no sea interpretar a una persona trans, capaz que hago de ‘la mejor amiga de’, que estaría buenísimo”, un poco de eso se trata.
“Reina en el Gondo” y todo el ciclo “El hotel es un cuerpo”, cuenta con diseño de iluminación de Gonzalo Córdova; diseño de vestuario de Paola Andrea Delgado; diseño de escenografía de Rodrigo González Garillo; producción TNC de Anabella Iara Zarbo Colombo y asistencia de dirección TNC Juan Doumecq. Se puede ver de jueves a domingos a las 18 en la sala Luisa Vehil del teatro de Libertad 815. © Agencia Télam.