Luego de que Albert Fish fuera arrestado, se le sometió a diferentes estudios médicos, en uno de ellos se presentaron unos Rayos X los cuales revelaron que Fish tenía al menos veintinueve clavos alojados en su región pélvica.
Albert había desarrollado tendencias sexuales sádicas a lo largo de los años. Sus fetiches incluían el sadismo, el masoquismo, el exhibicionismo, el canibalismo, la coprofagia, la urofilia, la ped0filia y la infibulación.
Constantemente se sometía a procedimientos dolorosos, especialmente en áreas entre el escroto y el recto. La inserción de clavos no fue la única forma en la que Albert satisfizo sus impulsos sadomasoquistas; también se golpeaba a sí mismo con una paleta de clavos e incluso animaba a sus hijos y amigos a que lo golpearan con la herramienta en diferentes partes del cuerpo. © Asesinos seriales.